La jauría de perros persiguiendo de forma nerviosa a una hembra en celo tan habitual en algunas calles de Bolivia, se trasladó al aeropuerto internacional de El Alto (La Paz).
La terminal aeroportuaria a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, construida en 1965, que en 2023 el flujo de pasajeros rondó los dos millones y es categoría A, tuvo un incidente que pone en entredicho su sistema de seguridad y puede afectar su calificación internacional.
Se hizo público un incidente ocurrido la noche del martes. Una nave de Bolivia de Aviación (BoA) sufrió daños tras atropellar a dos perros cuando se disponía a despegar hacia Cochabamba. Eso encendió las alarmas y puso en tela de juicio el sistema de control y reacción de Naabol.
Álvaro Munguía, experto en temas aeronáuticos y de transportes, indicó que tuvo la desdicha de estar en el vuelo que sufrió el incidente a tiempo de indicar que «es una barbaridad lo que sucedió en un aeropuerto internacional categoría A”.
“Unos 16 perros estaban caminando por la pista y se cruzaron justo cuando la nave iba a unos 160 kilómetros por hora, los pilotos reaccionaron bien, pues frenaron de golpe lo que generó un brusco movimiento. Sentí miedo, pues si hubiera sido otra la maniobra como la de evitar afectar a los perros quizás la nave se volcaba y eso hubiera sido más grave”, señaló Munguía.
El experto detalló que una vez que sucedió el accidente el personal de Naabol tardó 20 minutos en llegar hasta el lugar cuando a su criterio y de acuerdo con las normas internacionales vigentes el auxilio debería darse en no más de tres minutos.
“Los pasajeros estábamos muy preocupados, pues al ir a 160 kilómetros y frenar de golpe el tren de aterrizaje estaba a una temperatura no menor de 300 grados, imagínese si se producía alguna chispa la desgracia hubiera sido mayor”, remarcó Munguía.
Sobre el riesgo de que la terminal tenga problemas con la categoría que tiene actualmente, el experto indicó que lo que sucedió es una mala señal para los observadores internacionales y que de producirse otra situación similar las consecuencias se pueden agravar.
Jorge Valle, experto aeronáutico, se mostró sorprendido por las declaraciones del director de Naabol, en la que indicaba que estos incidentes son habituales en otros aeropuertos del mundo.
“No es posible este tipo de declaraciones. En los principales aeropuertos del mundo no se cruzan jaurías de perros. Con lo sucedido se pone en duda la capacidad de Naabol de brindar seguridad a las operaciones aeronáuticas”, subrayó el analista Valle.
Remarcó que el impacto es menor, porque el incidente sucedió con una empresa y ruta nacional, lo que hubiera sido diferente si el avión era de una línea extranjera, pues el informe de lo sucedido “tiene que ser remitido a la central de la empresa afectada y eso iba a repercutir de una forma más negativa en la terminal alteña”.
Explicación gubernamental
José García, director de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) informó que se está generando un proceso de investigación para ver y determinar las causas del incidente con el objetivo de conocer a los responsables de este hecho.
Similar criterio tuvo Edgar Montaño, ministro de Obras Públicas, quien señaló que pedirá explicaciones a las autoridades pertinentes para sancionar si es que hubo negligencia en los trabajos de control.
Elmer Pozo, director de Naabol, señaló que estos incidentes son “comunes” en todos los aeropuertos internacionales, a tiempo de comprometerse a reforzar las medidas de prevención aeroportuaria.