La segunda oportunidad que encuentran cientos de animales en el refugio de Playland, ubicado en la carretera al norte, km 12, de Santa Cruz; es una historia conmovedora.
Estos animales, víctimas del abandono, maltrato, cautiverio o tráfico ilegal, han encontrado un hogar lleno de amor y cuidados gracias a un grupo de voluntarios dedicados de la organización Ser Fauna.
Leonarda vivía en cautiverio antes de llegar al refugio / Foto: EL DEBER
Un refugio diverso y lleno de vida
El refugio alberga una gran variedad de especies, desde aves -como loros, parabas, tucanes, tarechis y piyos- hasta felinos, como jaguares y pumas. Además, cuenta con primates, como capuchinos, aulladores y saimirís.
Hay monos de varias especies que reciben los cuidados necesarios / Foto: EL DEBER
En el lugar hay tarechis, loros, parabas y tucanes / Foto: EL DEBER
Cuenta con un espacio donde habitan llamas / Foto: EL DEBER
Un espacio de adaptación
El albergue no solo brinda atención médica veterinaria a los animales recién llegados, sino que también les ofrece un espacio de cuarentena para que se adapten a su nuevo entorno de manera gradual.