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28 de junio de 2024, 7:00 AM

28 de junio de 2024, 7:00 AM

El último domingo el presidente Luis Arce y el excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga efectivamente jugaron básquetbol juntos en el colegio La Salle de La Paz, confirmó la ministra de la Presidencia, María Nela Prada. Fuentes cercanas aseguraron que su amistad iba más allá del deporte y que sostenían reuniones fuera de horario de trabajo. Eran amigos cercanos.

El excomandante era resistido por sus camaradas porque su designación pasó por alto ya que era el 38 de su curso, y por un proceso que se instauró en su contra por un supuesto robo del bono Juancito Pinto. Pero, el especialista en Inteligencia era también temido, porque con tal de quedar bien no tenía problemas para usar la información, o adaptarla en contra de cualquiera. De hecho, un coronel dijo que “él mismo se cavó su propia tumba” por esto.

Sin embargo, la cercanía entre Arce y Zúñiga comenzó hace mucho tiempo. De hecho, hay versiones que señalan que incluso tenían algún grado de parentesco o que estudiaron juntos en el Instituto Bancario.

En las redes sociales circula una fotografía en la que aparece abrazado con el presidente Arce. La viceministra de Comunicación, Gabriela Alcón señaló que no podría hablar de la cercanía e influencia que Zúñiga tenía con el presidente, “pero evidentemente sostenían partidos de básquetbol. Y esa no era la única, debe haber otras más. Además, era evidentemente comandante del Ejército”, sostuvo.

La noche del miércoles, Zúñiga declaró que en una reunión en el colegio La Salle, el domingo, el presidente supuestamente le había pedido que saque las tanquetas porque necesitaba algo para elevar su popularidad, con lo que sugirió que se trató de un autogolpe. Alcón señaló que eso es absolutamente falso.

La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, en una entrevista con Fides, admitió que en enero de este año el presidente Arce lo designó como jefe del Ejército “y consiguientemente deposita en él una confianza en una persona a la que conocía desde hace bastante tiempo y que siempre había jurado lealtad al pueblo, a la Constitución y a un Gobierno democráticamente electo. Es una atribución de nuestro presidente la conformación de su mando militar”.

Al desmentir cualquier posibilidad de que haya sido un autogolpe, Prada confirmó que Arce y Zúñiga jugaron básquetbol con el presidente en el Colegio La Salle el último domingo. “El presidente lo conoció a él jugando este deporte en realidad hace muchos años, tenían muchos partidos, justamente entre selecciones. Es la disciplina que practica nuestro presidente cuando no está cumpliendo agenda pública por las mañanas. Por supuesto habló con él el domingo y con todas las personas, no hubo ningún tipo de instrucción de autogolpe”.

Otras autoridades gubernamentales señalaron que la relación entre ambos llegaba incluso a compartir en otros espacios, como parrilladas y encuentros en espacios no laborales. Invitaciones que hacía el excomandante como también el presidente Arce.

Uno de sus compañeros de curso asegura que “era muy tirano, porque fue él quien metió a la cárcel a todo el Alto Mando que rodeó al excomandante de las FFAA, Williams Kaliman, cuando el 10 de noviembre de 2019 llamó a una conferencia de prensa y leyó un comunicado en el que le pedía la renuncia al expresidente Evo Morales” antes de su renuncia y salida del país.

Esos generales y decenas de militares de distintos grados están en la cárcel “por su culpa. Cómo es la vida, ahora él tendrá que compartir con ellos en la cárcel”, complementa la fuente. Un allegado a uno de esos uniformados, muy relacionado con la institución, señaló que Zúñiga manipuló la información, porque era un “llunku”, y efectivamente los informes que emitió fueron claves para meter a la cárcel a todos, “por un golpe que nunca existió. Eso tampoco se le perdona”, dijo.

Zúñiga hacía labor política y parecía que estaba en campaña. Algunos entrevistados se preguntan si es que se veía presidenciable, porque entregaba obras y se hacía llamar ‘el general del pueblo’. Por esta característica también se referían a él como ‘el presidente’. “Incluso algunos pensaban internamente que tenía más peso que Arce, por el poder que no solamente tenía, sino que ostentaba”, señaló otra fuente.

Dio de baja a mucha gente, “solamente por no ser afín a Evo Morales, primero, porque también hubo una relación de confianza con él cuando era presidente, y luego por Arce”. Siempre se jugaba por el poderoso, aseguran, y su declaración en la que señala que el líder cocalero no puede ser presidente nuevamente “lo retrata tal cual era, un día te amaba, pero si en algún momento le convenía ir en contra tuya por sus intereses, no le temblaba la mano”, afirma uno de los entrevistados, militar en servicio pasivo.

Quienes lo conocen asegura que Zúñiga Macías no fue un oficial destacado ni estuvo en los primeros lugares de su promoción. De hecho, ocupaba el puesto 48 de su promoción, así que 47 camaradas suyos quedaron relegados. De todas formas, fue el elegido por Luis Arce como comandante del Ejército a principios de año. La ministra Prada y la viceministra Alcón aseguraron que esa designación es facultad del mandatario.

Las fuentes lo reconocen como experto en inteligencia militar y que conoce muy bien los movimientos que hacen varios políticos. Zúñiga fue cercano a los movimientos sociales afines al Gobierno. Varios dirigentes lo llaman el “general del pueblo” por sus acercamientos con los sectores. Lo vieron en varios actos con las organizaciones, pero también con dirigentes sindicales.

Antes de ser comandante del Ejército, era el jefe del Estado Mayor. Ejerció esos cargos y fue acusado de desfalco. En 2013, un informe oficial detallaba que Zúñiga era el principal responsable del robo de más de 2,7 millones de bolivianos, dinero que debía ser destinado al Bono Juancito Pinto, la Renta Dignidad y los viáticos de los militares.

Según el informe que fue emitido el 28 de noviembre de 2013 por el suboficial Porfirio Quispe, designado como cajero en el Regimiento 23 Max Toledo, en Viacha, la acusación apuntaba a Zúñiga. “Durante las gestiones 2012 y 2013, por orden del teniente coronel Juan José Zúñiga Macías, (…) procedí a entregar a ese oficial superior todos los saldos correspondientes a la alimentación, pago Renta Dignidad, Juancito Pinto, combustible y otros. Desconozco el fin al que fueron destinados”, señala el primer punto de los ocho que figuran en el documento referido al robo de 2.780.465 bolivianos. La versión era de Quispe.

En el informe, el suboficial Quispe señaló que él y su familia eran víctimas de amenazas por parte de Zúñiga, que también fue acusado de estar involucrado en narcotráfico por el general Luis Begazo, el cual fue suspendido de su cargo sin ninguna explicación.



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