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Lunes 22/07/2024 06:17 p. m. undefined

Acusado de conducta sexual inapropiada y aventuras durante décadas y culpado por las estrictas restricciones al aborto y sexismo, Donald Trump tiene un problema con las mujeres, y los demócratas apuestan por que Kamala Harris pueda utilizarlo como arma arrojadiza en su eventual lucha por la Casa Blanca.

Trump fue acusado de misoginia por su oponente demócrata en 2016, Hillary Clinton, hasta ahora la única mujer nominada a la Casa Blanca por un partido mayoritario, y se enfrenta a ataques similares por parte de una vicepresidenta que cada vez tiene más posibilidades de ser la segunda, tras la sorpresiva salida de Joe Biden de la carrera en 2024.

Ampliar el interés de Trump entre las mujeres es considerado clave por los analistas para el éxito electoral del republicano en los comicios del 5 noviembre, después de que obtuviera solo el 42% del voto femenino en las elecciones de 2020, frente al 57% del vencedor Joe Biden.

Precisamente, en la Convención Nacional Republicana de semana pasada hubo un intento coordinado del partido para suavizar los aspectos más ásperos del multimillonario de 78 años, con elogios de aliados cercanos y oponentes reconvertidos a su favor.

Varias mujeres de su familia se pronunciaron al respecto, como Kai Trump, su nieta mayor, que contó historias de «un abuelo normal» que les «da caramelos y refrescos» cuando sus padres «no están mirando».

Sin embargo, los cumplidos chocaron con una imagen pública de presunto depredador sexual, que ha alardeado de manosear a las mujeres y cultiva una fama de infiel al supuestamente engañar a su tercera esposa, Melania Trump, con una modelo de Playboy y una estrella del porno.

«Vagas y animales repugnantes» 

Trump fue declarado responsable el año pasado de una agresión sexual a mediados de los años 90 contra la escritora E. Jean Carroll. El juez, que la calificó de «violación», lo condenó a pagar 88 millones de dólares por concepto de daños y perjuicios por los hechos en sí y por difamarla.

Durante su primera campaña de primarias rumbo a los comicios de 2016, que ganó, criticó el físico de su única rival republicana y dio a entender que la esposa de otro contrincante, el senador Ted Cruz, era fea.

Luego, una grabación revelada por el programa «Access Hollywood», en la que presumía de ser capaz de agarrar a las mujeres por los genitales, estuvo a punto de poner fin a su campaña.

Años antes, Trump había incluso presumido en el espacio de entrevistas del famoso conductor Howard Stern de entrar en probadores de concursos de belleza con «mujeres de aspecto increíble» en varios estados de desnudez.

Los votantes recordaron las polémicas declaraciones de Trump durante uno de los debates de las primarias de 2015, cuando la moderadora Megyn Kelly sacó a relucir sus descripciones de las mujeres como «cerdas gordas, perros, vagas y animales repugnantes».

Más tarde criticó el interrogatorio, diciendo que a Kelly «le salía sangre por todas partes».

Clinton llegó a acusar a Trump de «acosarla» durante el debate que mantuvieron en octubre de 2016, tras una extraña actuación en la que a menudo se situó muy cerca de ella mirándola con el ceño fruncido.

Trump ha negado más de una docena de acusaciones de conducta sexual inapropiada, desde manoseos y acoso hasta violación. La postura oficial de la Casa Blanca de Trump en 2017 fue que todas las mujeres mentían.

«Formidable contendiente femenina» 



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