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3 de noviembre de 2024, 7:56 AM

3 de noviembre de 2024, 7:56 AM

Pollos muriendo de calor, plátanos, carne, frutas y verduras descomponiéndose en medio de las carreteras y productores llorando de impotencia. Además de columnas interminables de camiones que dibujan un escenario caótico en Bolivia. La escena describe el perjuicio provocado por los bloqueos de caminos organizados por los sectores afines al expresidente Evo Morales.

La extrema medida, según estimaciones del Gobierno, hasta el día 17 generaron perdidas por $us 1.700 millones, lo que equivale a un 4% del Producto Interno Bruto (PIB). El daño está hecho, y dependiendo del sector, la recuperación demorará entre ocho meses y hasta tres años.

Desde el Ministerio de Economía y Finanzas indicaron que los bloqueos tienen un impacto severo en la logística de distribución de productos perecederos y en la cadena de suministro que depende de las carreteras.

En informe preparado para EL DEBER esta cartera de Estado detalla que por ejemplo el sector agropecuario, enfrenta pérdidas irreparables por la imposibilidad de transportar productos como leche, frutas y hortalizas, a los mercados del interior del país, por eso este sector se ha visto obligado a desechar estos alimentos en los puntos de bloqueo o en sus centros de producción.

En esa línea, los avicultores y porcicultores enfrentan problemas críticos debido a la falta de insumos esenciales. Incluso, la floricultura, que esperaba un repunte en las ventas por la festividad de Todos Santos, también sufre grandes pérdidas.

El sector exportador, según el Gobierno, experimentó consecuencias preocupantes. La paralización del transporte de productos como la soya y otros derivados oleaginosos está provocando la cancelación de contratos internacionales y un riesgo para la reputación del país.

En tanto, que los productores de carne y banana también reportan pérdidas y cancelaciones, lo cual disminuye el ingreso de divisas.

Colapso económico

Pablo Camacho, presidente de la Cámara Nacional de Industria (CNI) de Bolivia describió el escenario como un “colapso económico” en el que las industrias experimentan pérdidas que superan los Bs 9.000 millones hasta el día 17 del conflicto.

Esta situación pone en riesgo cerca de 600.000 empleos y afecta severamente más de 39.000 industrias formales en Bolivia.

Camacho explicó que, debido a la falta de insumos y el bloqueo de carreteras, muchas empresas han tenido que cesar sus operaciones o reducir drásticamente su producción. Este estancamiento incluye sectores esenciales como la industria farmacéutica, que no puede trasladar insumos, y el sector exportador de productos perecederos como carne, flores, piña y bananas, que se encuentran en riesgo de descomposición debido a la falta de transporte refrigerado y combustible.

Camacho señala que esta situación también impacta la imagen internacional del país y puede derivar en pérdidas de mercado difíciles de recuperar

El presidente de la CNI hizo notar los problemas financieros que enfrenta la economía formal boliviana, agravadas por la necesidad de pagar aguinaldos y sueldos en los meses de diciembre y enero, además de impuestos y patentes.

Sostiene que las empresas deben afrontar además obligaciones con la banca, lo cual suma otra presión al sector.

El impacto de la crisis es tal que muchas industrias ya han paralizado su producción en regiones como Cochabamba.

Para el empresario la recuperación será complicada, en especial en sectores, como la avicultura, que no podrán recuperar sus niveles de producción para fechas tan importantes como Navidad, afectando así la disponibilidad de productos básicos en el país.

A modo de propuesta, pidió a la Asamblea dejar de lado los intereses políticos y legislar en favor de la recuperación de Bolivia. Sostiene que el país requiere reformas profundas para garantizar un entorno más seguro y atractivo para la inversión extranjera.

“Hoy deberíamos despojarnos de colores políticos y comenzar a legislar a la Bolivia del 2025, 2030, 2040,” sugirió, proponiendo reformas como una nueva ley de inversión, un código tributario moderno y una actualización de la ley general del trabajo, la cual data de 1939.

Reiteró además la necesidad de una “ley anti-bloqueo” para garantizar la libre circulación y evitar que conflictos sociales paralicen la economía.

“Se necesita una ley anti-bloqueo… Argentina permite marchas y huelgas, pero en las aceras; no se puede interrumpir la actividad económica,” señaló.

Rolando Morales, presidente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba dijo que el paro no solo paraliza la economía del departamento, sino que ha generado un impacto en cadena en la producción y abastecimiento de productos básicos.

Para el dirigente la economía del departamento está “completamente detenida” y destacó que Cochabamba, como eje clave se encuentra “sitiada desde el norte, sur, oriente y occidente”.

Esto provocó que los productores agropecuarios no puedan movilizar sus productos, causando una crisis de abastecimiento en productos esenciales como carnes, hortalizas, frutas y otros alimentos básicos, especialmente en el mercado cochabambino.

Para Morales, la magnitud del daño va más allá de lo económico, describiendo que “el costo social es irreparable”.

Señaló que la interrupción del tránsito y de la producción ha generado despidos masivos en el sector, afectando a más de 400.000 familias que dependen del agro.

“Recuperarnos de esta crisis nos va a demorar de seis a ocho meses”, afirmó, sumando que las condiciones actuales, incluyendo la falta de lluvias, dificultan aún más el proceso de recuperación.

Además de los problemas de producción, alertó sobre el impacto de los bloqueos en el precio de los alimentos, indicando que las pocas cantidades que logran llegar a los mercados lo hacen a precios mucho más altos, lo que acentúa un proceso inflacionario.

El líder agropecuario comentó que, a pesar de la colaboración del gobierno con “vuelos solidarios” para transportar alimentos, estos solo cubren una fracción de la demanda: “el sector agricultor movía 150 toneladas al día hacia Santa Cruz, pero hoy apenas llegan 30 toneladas”.

El Centro Boliviano de Estudios Económicos (CEBEC) dependiente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), explicó que las interrupciones al transporte y la logística están provocando incrementos de precios, pérdidas económicas significativas y una disminución en el ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Por ejemplo, explicó que los precios del arroz en La Paz y Cochabamba han experimentado un aumento de más del 30% en las últimas dos semanas, mientras que en Santa Cruz se han mantenido estables. Esta diferencia de precios evidencia los efectos negativos de los bloqueos en el flujo de mercancías entre las regiones.

La interdependencia entre industrias y servicios hace que toda la cadena económica se vea afectada, lo que incluye a empresas que prestan servicios de distribución y aquellas que dependen de estos productos para operar.

“Las empresas de transporte, por ejemplo, deben enfrentar altos costos para redirigir sus rutas o, en el peor de los casos, asumir la pérdida de productos perecederos, lo que representa una “pérdida de recursos escasos”, que podría haberse destinado a otras actividades productivas”, dijo la entidad.

La recuperación requerirá tiempo y una reorganización integral de la logística y planificación empresarial, algo que, según la institución, resulta en una inversión de tiempo que la economía podría haber aprovechado para mejorar la productividad y el desarrollo.



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