14 de noviembre de 2024, 4:00 AM
14 de noviembre de 2024, 4:00 AM
Ante la aguda escasez de combustibles en Bolivia, finalmente el Gobierno optó por liberar, por un año, la importación y comercialización del diésel y la gasolina.
La medida se plasma en el Decreto Supremo (DS) 5271, y como lo indicó Alejandro Gallardo, ministro de Hidrocarburos y Energía, es una medida “excepcional” para que, los empresarios privados importen y comercialicen el combustible en el mercado interno.
Gallardo indicó que el nuevo DS alcanza a personas naturales, jurídicas y privadas, como las cooperativas, empresarios privados, agricultores, sectores mineros y surtidores.
“Se ha emitido esta normativa en la cual ponemos todas las condiciones y requisitos mediante los cuales se puede realizar esta comercialización. Esto lo podrán hacer de manera privada los diferentes actores, tanto público como las personerías jurídicas. Pero esto no quiere decir que YPFB va a dejar de realizar la importación a un precio subvencionado”, explicó y agregó que también se están eliminando requisitos del DS 4211 de Sustancias Controladas y del DS 5218, que solo permitía la importación de combustibles para consumo propio.
Gallardo remarcó que esta nueva disposición es en respuesta al pedido de los diferentes sectores productivos que solicitaban participar de forma directa en la compra y venta de diésel y gasolina. La autoridad precisó que en los próximos días se dará a conocer la reglamentación del DS 5271.
La normativa se da tras los bloqueos de carretera que el transporte pesado inició ayer en Santa Cruz y según los dirigentes seguirán “hasta que aparezca el diésel”
Los conductores del transporte pesado y algunas flotas realizaron, en diferentes puntos de Santa Cruz, el cierre de vías en demanda de diésel. Los choferes justificaron la medida de presión indicando que estuvieron por varios días peregrinando en las filas por el combustible, pero hasta el momento no pudieron conseguirlo.
Uno de estos puntos de bloqueo se registró en Cotoca, donde los transportistas cruzaron sus camiones en el surtidor Tarope, donde indicaron que hacen fila por combustible desde el viernes. La ruta une Santa Cruz con el departamento de Beni, la Chiquitania y la frontera con Brasil.
El segundo punto se instaló sobre la carretera antigua a Cochabamba, a la altura del kilómetro 14. Esta vía une a la capital cruceña con los Valles y Yacuiba.
“Estamos pidiendo combustible, no hay diésel, estamos parados hace una semana. Rogamos a la población de Cotoca que más bien nos apoyen, porque este reclamo es para todos”, dijo un conductor que se apostó en las afueras de la empresa Faboce, ruta a la ciudad de Cotoca.
A su vez, lamentó la inacción de los dirigentes del transporte pesado: “No sé si agarraran unos cuantos pesos y ya los convencen a sus transportistas (para no encarar medidas de presión), pero acá nosotros, cada quien, estamos reclamando desde el viernes, pedimos que el Gobierno solucione este problema”, aseveró.
En la ruta a los valles cruceños, al grito de: “¿somos masistas? ¡No! ¿Qué necesitamos? ¡Diésel!” los transportistas se organizaron para cortar la ruta con sus unidades, hasta que aparezca el combustible en el surtidor Valdivia, ubicado en la zona sur.
Andrés Medina, un conductor del transporte pesado expresó a EL DEBER que el estado es de “desesperación”, porque no pueden trabajar.
“El transportista se cansó, ya no queremos soluciones parche, el Gobierno nos tiene vuelteando con soluciones de tres días y volvemos a lo mismo, a lo peor, estamos en caída libre, estamos yéndonos hacia (parecer) Venezuela”, protestó.
Empresarios y productores
La eliminación de la subvención y liberación de los combustibles, diésel y gasolina, es una de las medidas que es solicitada por los diferentes sectores, entre ellos, empresarios y productores al Gobierno nacional.
Juan Pablo Demeure, presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), dijo que la crisis de combustible está afectando a los productores agropecuarios y, sumando a la escasez de divisas extranjeras, la situación se vuelve aún más complicada.
“Los recursos para una importación saldrían del capital de operaciones de las empresas y productores para lograr mantenerse en funcionamiento y totalmente operativos. Al ir por la vía de la importación directa se estaría renunciando a la subvención de combustibles, que muchos productores y empresarios están dispuestos a ello para poder disponer de este recurso y mantener sus operaciones regulares”, dijo el titular de la FEPC.
Agregó que también se están viendo otras opciones para obtener los recursos para esta importación como ser créditos bancarios y buscar pagos anticipados. “Cada una de estas alternativas tiene sus desafíos, especialmente en un contexto económico tan adverso de cara al futuro”, complementó.
Óscar Mario Justiniano, presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, señaló que el sector empresarial está convencido en la capacidad de la iniciativa privada para encontrar respuestas económicas y productivas eficientes.
“La importación directa de combustible requeriría de una estrategia financiera robusta para asegurar la disponibilidad de los recursos. Estrategias en las que el sector empresarial tiene experiencia. El Estado Boliviano necesita encontrar caminos que le permitan eliminar o al menos, reducir la subvención a los combustibles”, manifestó.
Por lo tanto, continuó, una de las rutas es abrir la importación de combustibles a la iniciativa privada. “De momento sólo para el consumo propio, pero hay que abrir la posibilidad que también sea para su comercialización”.
Pablo Camacho, presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), manifestó que si bien la importación de combustible es una buena opción se va a necesitar divisas y logística.
“Seguramente las empresas que exportan van a poder contar con estos recursos (para importar combustible), pero quienes no exportan seguirán sin poder acceder al combustible y tendrán que ver que otros mecanismos pueden implementar”, señaló Camacho.
A su vez, Jaime Hernández, gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas (Anapo), dijo que si se toman medidas para la importación directa de combustible deberían ser complementadas con la exención de los impuestos, y no solamente de aranceles, para así disminuir el precio final.
“Entendemos que la propuesta realizada por la CAO es para que los privados que estén interesados en realizar (la importación de combustible) lo puedan hacer para que sean una alternativa de abastecimiento a precio libre y los consumidores dispuestos a adquirir ese combustible lo consideren como una opción sin que ello signifique que YPFB pueda seguir importando y comercializando combustible”, dijo Hernández.
Según el cálculo preliminar, el litro importado de diésel o gasolina costaría entre Bs 13 y 14 tomando en cuenta gastos logísticos.