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6 de diciembre de 2024, 4:00 AM

6 de diciembre de 2024, 4:00 AM

El Gobierno suspendió temporalmente las exportaciones de aceite, con el objetivo de normalizar el abastecimiento y asegurar que los precios sean accesibles para la población. La decisión fue anunciada por el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca. Las exportaciones de aceite generan $us 660 millones al año, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

La autoridad explicó que la decisión surge tras una serie de reuniones con diferentes actores del complejo oleaginoso, incluidos productores, industriales y distribuidores. Según Huanca, se analizó la situación del mercado y las causas del aumento en los precios del aceite, que ha sido particularmente notorio en la última semana. Y dijo que aunque la Cámara Nacional de Industrias Oleaginosas de Bolivia (Caniob) garantizó que la producción y distribución eran normales, se detectaron problemas en la cadena de comercialización. Se consultó a Caniob, pero no fue posible tener su respuesta.

La decisión del Gobierno surge un día después de que el presidente Luis Arce visitara El Alto, donde los pobladores le dijeron: “¡Hermano Arce! ¡Que baje pues arroz y aceite, porque haz hecho subir mucho!” A lo que Arce respondió: “Otra vez, como en 2007 y 2008, los cambitas nos están jugando sucio”. Las declaraciones del primer mandatario provocaron el rechazo en la región.

Mientras Huanca justificó que los distribuidores mayoristas informaron sobre una disminución en los volúmenes de aceite entregados por las industrias. Este hecho ha motivado la solicitud de mayores controles para prevenir el contrabando, especialmente a Perú. Y como parte de esta estrategia, se han intensificado los controles en mercados y supermercados. Huanca mencionó que, durante estas inspecciones, se constató la escasez del producto.

“Preservando la seguridad alimentaria y el bienestar económico de nuestras familias, hemos determinado suspender las exportaciones de aceite hasta que el abastecimiento en el mercado interno se normalice a un precio justo”, afirmó el ministro.


Excedente en la producción de aceite

La decisión llama la atención cuando el mismo Gobierno a través de su viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, informó el miércoles que las exportaciones de aceite superan las 320.000 toneladas cada año y la demanda interna es “poco más” de 88.000 toneladas, por ello, en criterio de Siles existe un “excedente en la producción”. Tomando en cuenta estas cifras, solo se exporta el 27% de la producción nacional.

La respuesta del sector empresarial no se hizo esperar. Jean Pierre Antelo, presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), criticó la medida, advirtiendo que podría llevar al colapso del sector productivo. Antelo argumentó que prohibir las exportaciones sin abordar las causas subyacentes del problema solo agravará la crisis. 

 Mientras el presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Alan Camhi, señala que es un gran error, nuevamente poner restricciones a las exportaciones toda vez que el país necesita el ingreso de divisas de forma inmediata y constante.

Branko Marinkovic, empresario y exministro de Economía, también se unió a las críticas, señalando que las prohibiciones solo generan escasez y que el Gobierno está cometiendo errores del pasado. En tanto que Pablo Camacho, presidente de la Cámara Nacional de Industrias, consideró que esta decisión es una mala señal para el sector.

«Otra vez los cambitas»

El presidente Luis Arce viajó ayer a Uruguay para participar de la cumbre semestral del Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque económico subregional al que acaba de adherirse Bolivia. Al subir al avión presidencial, una frase que pronunció el miércoles en El Alto está causando rechazo, especialmente en Santa Cruz.

Ese día, Arce lideró un acto con el que se dieron por iniciadas las obras para la construcción de la ampliación del sistema de alcantarillado sanitario para los distritos 4, 5 y 13 de El Alto. Concluida la formalidad de ese evento saludó a los asistentes y, en ese contexto, se dio el reclamo de varios ciudadanos por el alza de productos básicos de la canasta familiar.

“¡Hermano Arce! ¡Que baje pues arroz y aceite, por qué haz hecho subir mucho!” El presidente respondió: “Otra vez, como en 2007 y 2008, los cambitas nos están jugando sucio”. Estas palabras, captadas en video y que ayer fueron difundidas ampliamente a través de las redes, provocaron reacciones de rechazo por el tono con el que el mandatario se refirió a los habitantes de Santa Cruz. 

Líderes políticos, empresariales y sociales en Santa Cruz calificaron las declaraciones como ofensivas; además, le exigieron que cambie el actual modelo económico, pero también se disculpe públicamente por ello.“Nuevamente el presidente Arce ataca a Santa Cruz y a su modelo productivo. Bolivia está cansada del modelo fracasado del MAS. ¡Su actitud es patética!”, afirmó Vicente Cuéllar, el rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (Uagrm), quien espera que se retracte.

El gobernador cruceño, Luis Fernando Camacho, detenido en el penal de Chonchocoro desde finales de 2022, afirmó que la actual crisis económica que enfrenta el país tiene que ver con el modelo económico impulsado por el MAS. “El odio que le tenés a Santa Cruz no tiene límites. Santa Cruz sostiene la seguridad alimentaria del país, mientras tu Gobierno es responsable del desastre económico que enfrentamos”. Además, le pidió que se disculpe públicamente por esos criterios.

Desde el sector agropecuario, Mauricio Serrate, secretario de Fegasacruz, recordó que “Santa Cruz produce el 70% de los alimentos que consume Bolivia” “La inflación no es culpa del productor. La economía paupérrima es responsabilidad del presidente”, dijo al canal DTV. Además, lamentó que el primer mandatario “no tenga los pantalones” para señalar estos criterios durante las reuniones sectoriales que se han dado ante la crisis económica.

Debido a una reducción significativa de las exportaciones, el país ha dejado de recibir divisas en la proporción que se tenían antes de 2023. Además, el suministro deficitario de diésel ha generado varias críticas de varios sectores.

En contrapartida, líderes del Movimiento al Socialismo (MAS) defendieron al mandatario. El diputado Hernán Hinojosa dijo que las palabras de Arce fueron malinterpretadas. “Arce llamó a los cambitas con cariño. No hay discriminación ni insultos; su intención era referirse a especuladores, no a los productores”.

Edwin Fernández, dirigente del MAS en Santa Cruz, también pidió calma: “No hay por qué resentirse. El presidente nunca criticó al pueblo cruceño, solo se refirió a quienes encarecen los precios”.

La referencia de Arce a los años 2007 y 2008 revive tensiones previas, cuando el gobierno de Evo Morales enfrentó conflictos por el control del uso de tierras y cupos a exportaciones agrícolas.

Actualmente, el arroz y el aceite vegetal han registrado aumentos significativos en los mercados bolivianos. Según datos recientes, el precio del arroz subió un 12% en comparación con el año pasado, mientras que el aceite tuvo un incremento del 15%, atribuido a costos de producción, transporte y menor oferta en el mercado.

El proyecto de Ley Financial 2025, que incluye medidas como la confiscación de productos en casos de especulación, también ha provocado rechazo en el sector productivo. Aunque el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, aseguró que estas disposiciones no buscan perjudicar a los productores, la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) las considera una amenaza para el sector.
Montenegro explicará hoy este proyecto ante la Comisión de Planificación de Diputados.

«Es incomprensible que cometan los mismos errores del pasado»

Gary Rodríguez/ Gerente general del IBCE

Prohibir la exportación de aceite pretendiendo que baje su precio es la peor medida que se podía haber tomado. Seguramente, los contrabandistas y los especuladores estarán saltando en una pata, con esta medida, felices porque dispondrán de mayores cantidades de aceite a bajo precio en el país para seguir delinquiendo con su ilegal actividad a costa de la industria nacional y los productores del agro que con tanto sacrificio aportan al desarrollo del país. 

No entendemos cómo, después de que varios ministros se han reunido con el sector industrial aceitero en Santa Cruz, además, de haber hecho lo propio con las Cámaras sectoriales que tienen que ver con el sector; justo después de haber comprobado el cumplimiento en cuanto a la normalidad de las entregas de aceite para el mercado interno por parte de la industria, se tenga que tomar semejante medida; es incomprensible y hasta frustrante, ver cómo se vuelve a cometer los mismos errores del pasado.

No se puede entender cómo es que habiéndose detectado que el problema se está dando a nivel de la comercialización, sin que tenga que ver absolutamente nada con la industria, por una parte, y de haber entendido que el problema está en el «contrabando a la inversa», como dice el propio Presidente del Estado, se frene un gran esfuerzo productivo en uno de los años más difíciles para el sector oleaginoso, poniendo en riesgo el giro de las empresas productoras y exportadoras bolivianas, regalando nuestros mercados externos a la competencia de otros países, y privándonos de generar los dólares que tanto precisamos en este momento de escasez de la divisa estadounidense. 

La prohibición de exportación puede traer serios problemas no solo desde el punto de vista empresarial, por el incumplimiento de contratos, así como la posibilidad de perder clientes y mercados que implicó mucho esfuerzo, tiempo y dinero el poder conquistarlos, y, algo peor, la pérdida de imagen-país será terrible, haciéndonos ver como un abastecedor poco confiable, donde las reglas de juego se las cambia e inconsultamente de la noche a la mañana. 

Controlar la subida de precios en el mercado interno por causa de la especulación y el contrabando a la inversa, no es tarea de los privados, sino, del Estado. La prohibición de la exportación de aceite, en vez de solucionar la situación, va a empeorar el problema. El consumo de aceite en el país es apenas el 20% del total de la producción, eso lo sabe el Gobierno perfectamente, el problema no está en la producción, sino, en el campo de la comercialización, en el delito de la especulación y el contrabando, que en ambos casos, es una responsabilidad, el ser combatidos por el Estado.



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