El director del Instituto Nacional de Estadística (INE), Humberto Arandia, informó que “el 43% de los productos de la canasta del Índice de Precios al Consumidor (IPC) no experimentaron incrementos. Sostuvo que productos básicos como el pan, el agua, la energía eléctrica y los servicios de telecomunicaciones mantuvieron sus precios estables durante todo el año pasado.
La gestión 2024 termino en Bolivia con una inflación acumulada de un 9,97%, la más alta desde el 2008. Pero el Gobierno sostiene que esta tasa son producto de factores climáticos, especulación y contrabando. Además de los bloqueos y conflictos políticos también jugaron un rol significativo.
“4,41 puntos de la inflación fueron producto directo de la inestabilidad política-social”, sostuvo Arandia en una entrevista en el programa Los Hechos Cuentas, que se emite por Bolivia TV.
El funcionario resaltó que, tras superar el momento más crítico de diciembre, los precios de alimentos clave como el aceite, arroz, pollo y carne han mostrado una tendencia a la baja.
Comparó los precios en mercados de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, destacando reducciones significativas. Por ejemplo, el litro de aceite bajó de 20 bolivianos a 15,25 en La Paz, mientras que el kilo de arroz cayó de 13,41 a 12,32 bolivianos.
“Mientras que otros países de la región enfrentaron incrementos considerables en sus canastas básicas, Bolivia logró contener los aumentos y mantener precios competitivos”, agregó Arandia.
El funcionario agregó que las “lluvias recientes y la estabilización de la producción agrícola, las perspectivas para 2025 son alentadoras. Y los precios seguirán ajustándose a la baja, beneficiando a las familias bolivianas”.
Industrialización como respuesta estructural
El director del INE subrayó la importancia de la industrialización para enfrentar los problemas de oferta que afectan la economía.
“La industrialización garantizará la disponibilidad de productos a precios coherentes, eliminando la escasez de bienes esenciales como el aceite refinado”, explicó.
En su mensaje final, Arandia instó a los actores políticos a actuar con responsabilidad y evitar el uso de la economía como herramienta de manipulación. “Es momento de dejar de jugar con los bolsillos de los bolivianos. Debemos priorizar el bienestar de los 11,3 millones de habitantes del país por encima de los intereses políticos”, concluyó.
