La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y el Círculo de Mujeres Periodistas de La Paz emitió un pronunciamiento a través del cual condenan las expresiones de Chi Hyun Chung, precandidato a la Presidencia del Estado, «que han sobrepasado la protección a su derecho a la libertad de expresión al promover discursos de odio, discriminación y violencia y atentar contra la dignidad de las mujeres bolivianas».
Para estas organizaciones de periodistas, «las afirmaciones del precandidato contravienen los principios democráticos, en el marco de la Constitución Política del Estado (Art. 14 y 15), la Ley 045 contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, la Ley 348 para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia que prohíbe toda forma de discriminación y violencia de género, y la Ley 026 cuya esencia radica en garantizar procesos electorales libres de odio, racismo y misoginia».
Recuerda que Bolivia ha ratificado instrumentos internacionales como la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención de Belém do Pará y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los cuales obligan al Estado a proteger los derechos de las mujeres y sancionar la violencia política por razón de género.
«Instamos a las autoridades electorales y a los partidos políticos a extremar esfuerzos para erradicar discursos de odio en esta contienda electoral. La democracia, eje de nuestro sistema político, no puede construirse sobre la humillación a las mujeres», reza el pronunciamiento.
Añade que «este tipo de narrativas no solo distorsionan el debate democrático, sino que también ponen en riesgo la integridad y seguridad de las personas que defienden la igualdad y la justicia social. Un proceso electoral debe ser un espacio de construcción colectiva basado en el respeto y el reconocimiento de la diversidad».
«Asumimos esta posición porque consideramos que la función del periodismo es fundamental para visibilizar, denunciar y combatir la violencia de género, evitando la reproducción de discursos discriminatorios y promoviendo el respeto a los principios democráticos. La cobertura de los procesos electorales debe estar guiada por el rigor periodístico, la veracidad y el respeto a la dignidad de todas las personas, especialmente de aquellas históricamente vulneradas. Vigilaremos cada discurso, cada propuesta y cada acto que pretenda normalizar la discriminación o desconocer las conquistas alcanzadas para el logro de la equidad y la igualdad».