19 de junio de 2024, 6:00 AM
19 de junio de 2024, 6:00 AM
“Por tres o cuatro meses no había lluvia y los bosques empezaron a secarse. La chispa de un cigarrillo podía ocasionar un incendio forestal y por eso inició el fuego, tanto en Pilón Lajas como en Madidi”, dijo Sixto Tito, guardaparque del Parque Nacional Madidi durante el Foro Social Panamazónico (FOSPA Bolivia 2024).
El guardián de esos bosques tropicales admitió su preocupación de que ese suceso sea superado este año, por las señales climáticas, ya que en 2023 los incendios llegaron a zonas poco habituales, como Rurrenabaque y San Buenaventura, afectando la imperturbabilidad de esas comunidades.
Una de esas poblaciones fue Real Beni, donde los habitantes pelearon cuerpo a cuerpo con las llamas para salvar sus viviendas en pleno mes de noviembre, cuando se supone que ya es época de lluvias.
“Si no existieran estas zonas verdes, las áreas protegidas, no habría el ciclo del agua, ni oxígeno puro”, agregó Tito, sobre la importancia de estos bosques que están padeciendo sequías más prolongadas, debido a factores diversos, ocasionados por la mano del hombre, como la minería, expansión agrícola, etc.
Tito además recalcó que el número de guardaparques es insuficiente para las extensiones del patrimonio natural.
“Somos 26 personas las que cuidamos el Madidi y parece que es una situación que se repite en todas las áreas protegidas del país”, indicó.
Roberto Pérez, guardián de la Reserva Nacional de Vida Silvestre Amazónica Manuripi, en Pando, confesó que muchas personas no entienden el trabajo de los guardaparques, “alejados de la familia, corriendo peligro y a veces haciendo el trabajo de los militares, que es cuidar las fronteras. Y así hay peligro de que nos pase algo, como no regresar, o algo peor. Sin embargo, seguimos, a pesar del apoyo insuficiente en el tema logístico. Estamos ahí porque amamos el trabajo de preservar y conservar”, dijo.
Desde la Reserva de la Biósfera y Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Pilón Lajas, otro guardaparques, Alex Oscar Chao, pidió ser fortalecidos para llegar a la meta esperada, que es cuidar la biodiversidad de la manera óptima posible.
Desde el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Otuquis, y en el anonimato, los custodios de la naturaleza pidieron diésel para afrontar las llamas.
“Hay escasez de combustible, dijo Daniela Justiniano, de la organización Alas Chiquitanas, que se formó en 2019 para apoyar a los bomberos y guardaparques en la lucha contra el fuego.
Agregó a la problemática la sequía extrema, ya que hasta para el consumo humano está faltando el agua. Nombró a San Matías, San Ignacio de Velasco y también a San Javier, en la Chiquitania.
En el caso de San Javier, alertó que ya se está racionando el agua desde mayo de este año.
De parte de la Gobernación de Santa Cruz, ayer la Dirección de Recursos Naturales (Direna), dependiente de la Secretaría de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente, informó que el departamento se mantenía en alerta amarilla con cuatro incendios forestales activos: dos en San Matías, uno en Puerto Quijarro y otro en Puerto Suárez.
PARA SABER
MADIDI
Los habitantes de San José de Uchupiamonas declararon sentir preocupación por la sequía en esa zona amazónica, que tiene una parte dentro del Parque Nacional Madidi, y donde el año pasado el fuego atemorizó.
PANTANAL
Hace tres semanas que arde el Pantanal brasileño, y amenaza también a esta ecorregión en el lado boliviano.