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10 de julio de 2024, 4:00 AM

10 de julio de 2024, 4:00 AM

“La economía no tiene magia. Hay palabras clave que no podemos desperdiciar. Primero, es la estabilidad y la credibilidad. En segundo lugar, es la estabilidad de la economía. En tercer lugar, está la estabilidad fiscal. Cuarto, es la estabilidad jurídica. Quinto, es la estabilidad social. Estos cinco más la palabra que interesa a todos los empresarios es previsibilidad”, afirmó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, al hablar de la situación de la economía local, apuntando al colapso económico de los últimos años en Bolivia.

Lula dijo que Brasil no quiere ser una “isla de prosperidad rodeada de miseria” al defender las inversiones en América del Sur en el foro con más de 300 empresarios que finalizó su visita a Bolivia. Y destacó que el crecimiento económico requiere estabilidad.

“Un país del tamaño de Brasil no puede crecer solo. Brasil necesita hacer crecer juntos a nuestros socios, a nuestros vecinos, porque no queremos ser una isla de prosperidad rodeada de miseria por todos lados”, dijo el petista.

Así, el encuentro entre Lula da Silva, presidente de Brasil y Luis Arce, jefe de Estado de Bolivia, se tradujo en la firma de diez acuerdos. Cuatro de ellos tienen que ver con la cooperación para enfrentar la trata de personas, delitos conexos, así como la protección del migrante y lucha contra el narcotráfico.

En el ámbito de la lucha contra el contrabando se aprobaron acuerdos de cooperación, además de capacitaciones para enfrentar al crimen organizado.

Además, Bolivia y Brasil firmaron una carta de intenciones para avanzar en la asistencia recíproca en materia de salud.

“La integración es una necesidad de supervivencia de Brasil y Bolivia; somos conscientes que lo que hemos firmado aquí tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de los dos países. Es importante que Brasil y Bolivia sean considerados como países en vías de desarrollo”, declaró Lula tras el acto formal.

 Más allá del gas natural

A los cuatro acuerdos anteriormente nombrados se agregaron otros seis. Tres memorándums de entendimiento, una adenda y dos cartas de intención.

En lo referido a los memorándums, el primero tiene que ver con un entendimiento entre el Ministerio de Minas y Energía de Brasil y el Ministerio de Hidrocarburos y Energía de nuestro país, en la modificación de la central hidroeléctrica Jirau en la cota 90.

El segundo memorándum de entendimiento tiene que ver con la integración eléctrica mediante un estudio compartido entre ambos países.

El tercer memorándum de entendimiento se dio entre el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierra y el Ministerio de Agricultura y Pecuaria de Brasil, y tiene que ver con las expectativas de exportación de fertilizantes y materias primas que se producen en Bolivia.

La adenda del memorándum en materia energética busca ampliar el trabajo de exploración en nuestro país.

La primera carta de intención apunta a la cooperación para la industrialización y la comercialización de fertilizantes y cloruro de sodio, para el beneficio de ambos países.

La segunda carta de intención tiene que ver con la comercialización e industrialización de los minerales metálicos y no metálicos.

Tras la firma de estos acuerdos Arce destacó la “nueva era” de las relaciones bilaterales entre Bolivia y Brasil. Remarcó que no solo tratarán el tema hidrocarburífero, sino también la integración de ambas naciones y los múltiples beneficios que esto acarreará.

Asimismo, Arce agradeció la visita al presidente Lula y su apoyo para que Bolivia ingrese al Mercosur.

“Hoy, gracias a la visión que tiene Brasil, a la cabeza de usted sabemos que Bolivia no es solamente gas”, subrayó frente a su homólogo.

Según el jefe de Estado boliviano: “la integración física de infraestructura que tenemos que construir, es la que menos hemos nosotros enfatizado, como región. Yo celebro, porque queremos formar parte de esa integración. Bolivia está en el corazón de Sudamérica, Bolivia es el enlace entre el Atlántico y el Pacífico, Bolivia forma parte de esta América Latina, de América del Sur, de la que nosotros claramente somos un jugador importante para que todos nos podamos integrar en nuestro papel”.

Arce también resaltó que “Bolivia siempre ha mostrado una vocación integradora en todo momento. Bolivia va a formar parte de todos los procesos integradores, porque esa es nuestra vocación como país, y lo estamos logrando paulatinamente con la ayuda también de nuestros países vecinos”.

El mandatario nacional remarcó que Bolivia es un Estado de “tránsito, más directo, más rápido para llegar desde el Brasil hasta el Pacífico, y ustedes, sin duda alguna, son la ruta más expedita también para Bolivia, a través de los ríos, para llegar al Atlántico. En esa complementariedad de necesidades podemos avanzar sin duda alguna”.

En esa misma línea, el presidente Arce destacó que “Bolivia está empezando este proceso industrializador, que llevamos adelante en nuestro gobierno, y necesitamos la experiencia de Brasil en este proceso; estamos entrando en la química básica. Queremos entrar a los fármacos. Queremos entrar a tantas industrias donde Brasil tiene gran experiencia y nos podemos complementar”.

Por otro lado, indicó que “tenemos una agenda muy linda, muy interesante, que marcará una nueva era de relaciones entre Brasil y Bolivia, no solamente hablar de gas -que lo vamos a hablar, por supuesto que sí, porque es un producto que vamos a seguir explotando, produciendo y vendiendo-, pero también hay otros (productos), como nuestro litio, como nuestras sales y nuestros minerales y fertilizantes, nuestra producción agroindustrial, nuestra producción industrial”.

Sobre los acuerdos energéticos, Franklin Molina, ministro de Hidrocarburos y Energías, detalló que el memorándum de entendimiento hidroeléctrico con la central San Antonio y Jirau, permitirá que al menos 250 familias de los municipios de Guayaramerín, Riberalta y Cobija reciban energía de dicha hidroeléctrica generando un ahorro al Estado boliviano de unos $us 69 millones anuales.

Además, Molina puntualizó que esta iniciativa contribuirá a la descarbonización de la Amazonia boliviana, con una reducción estimada de aproximadamente 133 mil toneladas de CO2 al año.

La estatal Empresa Nacional de Electricidad, a través de su filial ENDE Brasil, realizará las transacciones requeridas en el sistema eléctrico brasileño y podrá también comercializar la energía boliviana en el mercado brasileño, permitiendo ingresos adicionales para el Estado de alrededor de $us 9 millones, un aspecto que fue destacado por la autoridad del sector de los hidrocarburos y energías alternativas.



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