1 de agosto de 2024, 11:47 AM
1 de agosto de 2024, 11:47 AM
Paula Suárez desde sus 17 años, ha destacado en el mundo del modelaje, mostrando una dedicación y pasión inquebrantables, hoy a sus 23 tiene muchos sueños por cumplir.
Con raíces humildes y una crianza en Asunción, Paraguay, su historia es una inspiradora combinación de trabajo arduo y amor por las pasarelas.
A pesar de los desafíos personales y profesionales, incluyendo un emprendimiento fallido y el equilibrio entre el modelaje y el fisicoculturismo, ha demostrado que, con esfuerzo y determinación, es posible brillar, sin apagar la luz de nadie.
Su participación en concursos de belleza, como el Miss Bolivian Tropic, refleja su deseo de romper estigmas y demostrar que la verdadera belleza radica en la autenticidad y el carácter.
-¿Hace cuánto estás en el mundo del modelaje?
Estoy en el modelaje desde mis 17 años.
-¿De dónde nace este gusto por las pasarelas?
En realidad, fue algo que surgió de la nada. Amaba mucho el fútbol, y por idea de mi mamá, le pidió a mi primo que me ayudara a entrar al modelaje, ya que él trabajaba con modelos y reinas, fue que me adentré en este mundo. Mi primer paso fue en un desfile de moda.
-Te criaste en Paraguay, ¿qué extrañas?
Así es. Me fui de pequeña a Asunción, Paraguay, y viví allí durante 11 años con mis padres y mi abuela. Allá me crie y estudié. Extraño mucho la vida que tenía allá con mi familia y amistades.
-Venís de una familia humilde, ¿cómo has hecho para salir adelante?
Mi familia es humilde y muy amorosa; siempre fui la consentida de todos, hasta ahora. Desde los 13 años me dediqué a trabajar porque siempre me gustó ayudar a mis padres, aunque ellos no querían. Trabajaba en una tienda de cosméticos por la tarde, porque estudiaba en la mañana, todo para poder salir adelante.
-¿Qué ha sido lo más complicado?
Intenté independizarme y tener mi propio emprendimiento, el cual no tuvo éxito. Me di cuenta de cuán real es el dicho que siempre dicen los padres: “Uno nunca está mejor que en su propia casa.”
-¿Con esfuerzo, se puede brillar?
¡Siempre! Una persona que no se esfuerza por brillar con luz propia no llega a ser nadie en la vida. Y ojo, el tener que brillar no significa que uno tenga que apagar el brillo de los demás.
-Sos una mujer dedicada al deporte, ¿hace cuánto lo practicas?
Desde los 7 años empecé con las rutinas de taekwondo en Paraguay, y a los 19 empecé a tomar clases de kickboxing y a ir al gimnasio.
-¿El deporte te hace tener una vida disciplinada?
Sí, más allá del deporte es también tener la responsabilidad con uno mismo. Pero el deporte aporta demasiado.
-¿Cómo combinas tus estudios de nutrición y los ejercicios?
La combinación de actividad física y buenos hábitos nutricionales es necesaria para tener un balance entre la energía que consumimos en los alimentos y la que gastamos en el ejercicio. Por ello, los combino con una buena alimentación para poder tener excelentes rutinas diarias.
-¿Entre el modelaje y el fisicoculturismo, con qué te quedás y por qué?
No podría dejar ninguno. Ambos me han ayudado mucho en su momento. Además, hacer mucho ejercicio me ayuda a lograr el cuerpo ideal para poder modelar.
-Estás compitiendo en el Miss Bolivian Tropic, ¿qué querés demostrar en este concurso?
Quiero demostrar que todo se puede. Que una mujer tatuada no es símbolo de rebeldía o irresponsabilidad. Me gustan los tatuajes y sé que hay mujeres como yo que quieren ser reinas, pero sigue existiendo el tabú de que tener tatuajes significa no poder ser modelo o reina.
-¿Soñás con ganar tu primera corona?
En 2022 aspiraba con ansias a la corona; lastimosamente sufrí un accidente en mi moto días antes de la final, lo que me obligó a declinar mi participación. Este año vengo con todo. Estoy demostrando una competencia sana y que nada es imposible en esta vida porque Dios es grande.
-¿Cuáles serán tus armas para ganar?
La responsabilidad con el certamen y demostrar que puedo llegar a llamarme Bolivia en el extranjero.
-¿Te gustaría participar en un Miss Bolivia?
Sí, es mi sueño desde que conocí el mundo del modelaje y los reinados. También me gustaría algún día ser reina del Carnaval cruceño.