7 de agosto de 2024, 4:00 AM
7 de agosto de 2024, 4:00 AM
El discurso del Presidente Luis Arce, en su mensaje a Bolivia por los 199 años de Independencia, dejó un sabor agridulce entre algunos actores económicos del país, sobre todo porque inicia una tardía apertura con el sector privado, pero a la vez acusa a contextos externos, a anteriores gobiernos y a una facción de su mismo partido por las dificultades económicas que atraviesa el país.
Un buen porcentaje de su mensaje estuvo centrado en la economía. Defendió por enésima vez el “Modelo económico social comunitario productivo”, que fue interrumpido por “el gobierno de facto” y la pandemia, pero que fue retomado con nuevos bonos, programas para incentivar la demanda interna y la creación de fondos y fideicomisos para la generación de empleos, en una economía de “base ancha”.
“Estamos pagando la factura de una mala gestión del pasado en el sector de hidrocarburos, pues en anteriores gestiones se concentró en la explotación de las reservas de hidrocarburos en nuestro país”, dijo Arce en referencia a los motivos por los que el país ya no cuenta con los ingresos por la venta de gas natural y los permanentes problemas para el abastecimiento de diésel.
Sin embargo, destacó el descubrimiento del pozo Mayaya Centro X-1, que significará mayores ingresos económicos para las regiones y aseguró que el país se encuentra en tránsito hacia el “modelo industrializador”. Al mismo tiempo destacó los encuentros con empresarios de Brasil y Ecuador, mientras se han tomado medidas como el control de precios, y anunció una nueva normativa para la tenencia de tierras para extranjeros.
Las acciones a tomar
El economista Christian Aramayo destacó que Luis Arce hizo tres tipos de anuncios en su discurso: el primero, dos espacios de diálogo, uno con el sector empresarial y otro con los movimientos sociales.
La segunda acción: la toma de medidas inmediatas como el uso de plataformas para pagos digitales -el Banco Central ya lo había anunciado-, plan de empleo para jóvenes emprendedores, gravamen cero para aumentar la inversión privada y producción de biodiésel, reducción de alícuotas para que las ganancias queden en el país y reducción de impuestos para importar hidrocarburos, liberación plena de las exportaciones con la presentación de un plan quinquenal y promover el consumo de dos tipos de gasolina Premium en el país, las cuales estarán sujetas a precios de mercado.
La tercera medida es la realización de un referéndum sobre la subvención de los hidrocarburos, que estará atado a las elecciones de nuevos magistrados del Órgano Judicial. Otros dos referéndums serán para definir nuevos escaños parlamentarios -aunque ya está definido en el Artículo 146 de la CPE, y la reelección continua o discontinua del Presidente.
Arce no aclaró si los referéndums se realizarán en conjunto.
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Las reacciones
El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, consideró como “importante” que el presidente considere la realización de una cumbre con el sector privado, que fue una solicitud de la CNI hace pocos días. Sin embargo, se esperaba temas más estructurales como una nueva Ley de Inversiones o Ley de Arbitraje, que impiden que la llegada de capitales frescos al país.
“Nos hubiese gustado escuchar de soluciones más claras y más concretas para reactivar la economía de manera más rápida. Nos preocupa la dilación en las decisiones. Una decisión que toma más tiempo, es mucho más cara., es más costosa para la economía y para el bolsillo de los bolivianos”, dijo Camacho.
Por su parte, el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez, también destacó la convocatoria para un diálogo nacional con el sector privado. “Eso significa que el presidente reconoce que hay problemas por resolver y que hay un actor importantísimo, como es el sector empresarial a través de sus instituciones”, expresó.
Ponderó también que Arce tome en cuenta la importancia de las exportaciones para resolver la carencia de dólares, tramitar una ley con IVA (Impuesto al Valor Agregado) cero para importaciones de diésel oíl, gasolina y crudo de petróleo, y el anuncio de un referéndum para revisar la política de subvención de combustibles.
“Las señales cuentan para la toma de decisiones por parte de los agentes económicos, pero además para las expectativas hacia adelante. Hubiera sido ideal que este mensaje lo hubiéramos recibido hace tres años atrás. Entonces los efectos hubieran sido diferentes e inmediatos y, probablemente no hubiéramos llegado a esta situación”, apuntó Rodríguez.
En tanto, el economista Gonzalo Chávez, destacó que en su discurso, el Presidente Arce reveló su debilidad de gobernabilidad en tono de denuncia y pretexto, ya que culpó a la pandemia, al gobierno de Jeanine Áñez y a su “nuevo enemigo”, Evo Morales, de todos los problemas que heredó.
Respecto al llamado que hizo a los empresarios privados, indicó que “es una tentativa de buscar salidas políticas y romper, de alguna manera, el cerco que tiene con la Asamblea (Legislativa), apelando a los empresarios y a los movimientos sociales para ver si consigue definir algún tipo de política económica”.
Las demás medidas como la utilización de criptomonedas, creación de empleo para jóvenes e incentivos fiscales para la producción e importación de diésel, y maquinaria para la producción de biodiésel, “son cosas marginales”, expresó Chávez.
“Ese referéndum sobre los subsidios, es no tomar decisiones y pasarle la responsabilidad del déficit público a la gente, eso es posponer el problema, es una medida absolutamente política en el marco electoral, y se ha lavado las manos y no quiere tomar decisiones (…) Lamentablemente ha sido un discurso que muestra un Gobierno sumamente débil, en campaña y que intenta colocar los temas hacia adelante y evitarlos”, aseveró Chávez.
¿Ajustes disfrazados?
El economista y ex director del Banco Central de Bolivia, José Gabriel Espinoza, señaló que los anuncios que hizo Arce son “reciclados” y que ninguna medida traerá dólares ni soluciona los problema a corto plazo.
“Se ha levantado, de manera parcial, la subvención a la gasolina. Su efecto depende de la demanda de la población por las gasolinas de precio liberado y del abastecimiento que haga el gobierno de la gasolina subvencionada. Si el Gobierno incumple con la provisión de gasolina especial, la gente podría entender esta medida como un gasolinazo encubierto”.
Subrayó que las cumbres con empresarios y sectores sociales, para hablar sobre el tipo de cambio, las importaciones y exportaciones, podrían ser el gancho para quitarse la responsabilidad de hacer movimientos en el tipo de cambio, pero también para implementar medidas de captura de divisas del sector privado.
Sobre el referéndum para discutir el levantamiento total del subsidio, Espinoza afirmó que probablemente sea “la medida más anti gestión” que pueda haber anunciado el mandatario. “Si la población vota por continuar con la subvención se pone en riesgo la estabilidad económica de este y el próximo gobierno. Si se vota a favor del levantamiento, Arce solo hará eso y la problemática es mucho más profunda y requiere más medidas que no quiere tomar”, agregó.
Consideró que la ciudadanía “irá ciega” a la consulta, porque el Gobierno lleva un año escondiendo los datos fiscales. “La instrumentación de la gestión económica para llevar adelante medidas políticas, como el poner a consideración la redistribución de escaños, puede terminar generando conflictos regionales”, dijo.
Mypes no ven algo nuevo
El secretario de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), Juan Carlos Vargas, consideró que los anuncios realizados por Luis Arce caen como en saco roto, porque el sector ya retiró su confianza al Gobierno desde hace algún tiempo.
“Esto debido a que, absolutamente hasta la fecha, no han logrado implementar ninguna señal de política pública de salvar el sector micro y pequeño empresarial del país, que en gran mayoría trabaja con un esfuerzo propio y sin el empuje de parte de sus autoridades, principalmente de su Estado”, lamentó.
Consideró que Arce no muestra liderazgo como autoridad para decidir el rumbo que debe seguir el país. “Él debería decidir el camino, convocar a todos los sectores, a los grandes, a los pequeños (empresarios), y disculparse por las peleas que han ocasionado en diferentes gremios por sus cálculos políticos”, opinó Vargas.
UN PRESIDENTE QUE NO QUIERE GOBERNAR
El economista Christian Aramayo afirmó que el Luis Arce es un presidente que “no quiere gobernar”, al analizar los anuncios realizados este 6 de agosto.
En el primer anuncio, abrió dos espacios paralelos para tratar de salir de la crisis económica; en el segundo, medidas que son incompletas en relación a la crisis y, en el tercero, un referéndum para reformar la Constitución Política del Estado en relación a la reelección presidencial, los escaños parlamentarios y la subvención de hidrocarburos.
“Al parecer, el objetivo del presidente es transferir, la responsabilidad política de resolver la crisis que él mismo provocó, a referéndums y diálogos. En suma, es un presidente que no quiere gobernar”, sostuvo.
Señaló que el país tendrá una agenda política muy activa y los conflictos generarán mayor incertidumbre, lo que conlleva a una mayor subida del dólar, la inflación y el incremento de la pobreza. “Los actores que hagan un monitoreo y levanten datos, podrán tener ventaja en este vendaval político que se viene”, advirtió.
Indicó que si existen cupos de exportación, por definición, las exportaciones no serán plenamente libres. “Si a los exportadores se les pide un plan de abastecimiento quinquenal, significan requisitos formales a presentar y ello vuelve a reiterar el error: se castiga al exportador con trámites, imposiciones y tributos. Los exportadores son los actores más importantes en esta crisis”, resaltó.
En cuanto a la promoción de la gasolina Premium, Aramayo profundizó que no se solucionan problemas de fondo y se juega con las expectativas de la población “para que se vean acostumbrados a comprar gasolinas más caras y sustituir paulatinamente el consumo de gasolina especial”.
Al mantener los precios de gasolina especial y diésel, el economista dijo que “el presidente Luis Arce no quiere asumir el costo político de hacer lo que tiene que hacerse para resolver la crisis”.