31 de octubre de 2024, 10:09 AM
31 de octubre de 2024, 10:09 AM
En septiembre de 2024, el Índice de Precios al Productor (IPP) registró un incremento del 2,77% en comparación con agosto, acumulando una variación anual del 6,45%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este índice refleja el comportamiento de los precios promedio de bienes y servicios al salir de los centros de producción, aunque no mide el consumo final de los hogares, responsabilidad exclusiva del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual es el único indicador oficial de inflación en Bolivia.
La diferenciación entre ambos índices subraya que el IPP es especialmente útil para analizar tendencias de precios en sectores productivos específicos, mientras que el IPC impacta directamente en el costo de vida de la población.
En términos generales, el IPC de septiembre mostró una variación mensual positiva del 0,88%, y la inflación acumulada en lo que va del año se sitúa en 5,53%. Esta cifra representa una aceleración frente al mismo periodo de 2023, cuando la inflación acumulada en el grupo de alimentos y bebidas apenas alcanzaba el 1,97%.
A 12 meses, la inflación en alimentos presenta un incremento aún mayor, situándose en 6,45% frente al 4,31% registrado en septiembre del año pasado. Este cambio destaca la presión continua sobre los precios de productos esenciales en el mercado interno, afectando a las familias de menores ingresos que dedican una mayor proporción de su gasto a la compra de alimento.
Principales categorías afectadas por la inflación
La inflación en septiembre estuvo impulsada por incrementos de precios en varias categorías de productos y servicios básicos, entre ellos alimentos y bebidas, vivienda, salud, transporte y recreación. El IPP incluyó 12 artículos en el cálculo de la variación mensual, destacándose alimentos y bebidas no alcohólicas, bebidas alcohólicas y tabaco, vivienda y servicios básicos, transporte y bienes de recreación.
Dentro de la canasta básica, algunos de los productos con mayor incidencia positiva fueron el arroz, que registró un aumento del 8,73%; la carne de res sin hueso, con 1,72%; pañales desechables para bebé, con 11,26%; almuerzos en restaurantes, con 0,97%; bebidas gaseosas, con 2,55%; y el tomate, que aumentó en un 5,28%.
Estos aumentos reflejan el impacto de varios factores, entre ellos, dificultades logísticas, incrementos en los costos de producción y una mayor demanda de ciertos productos, que se traducen en precios más altos en los mercados.
Impacto de bloqueos y perspectivas inflacionarias
Los bloqueos de carreteras recientes, protagonizados por sectores afines a Evo Morales, han causado una escasez de productos básicos, como carne de pollo y otros alimentos, lo cual podría impulsar aún más la inflación en octubre, cuyas cifras se conocerán la próxima semana. Los conflictos de transporte y distribución han intensificado los problemas de oferta, especialmente en las zonas urbanas, donde la disponibilidad de productos perecederos es más limitada.
Entre los productos que más contribuyeron a la inflación en septiembre se encuentran la soya, la hoja de coca, las joyas y artículos conectados, el aceite crudo de soya, el ganado bovino y el arroz descascarillado. En contraste, algunos productos que registraron caídas en sus precios fueron la vainita, la leche cruda de vaca, el ají y el locoto, la toronja, la yuca y el plátano.
Proyecciones para los próximos meses
La inflación en Bolivia continúa mostrando signos de presión, especialmente en el sector de alimentos, una tendencia que podría mantenerse o incluso aumentar de cara a la próxima temporada de fin de año. Factores como los problemas logísticos, la demanda estacional y las condiciones climáticas afectarán la disponibilidad de productos, lo que pone en alerta tanto a productores como a consumidores.
Los analistas advierten que las tensiones en la oferta y la volatilidad en los precios básicos deben ser monitoreados de cerca para evitar un impacto severo en la capacidad adquisitiva de los hogares bolivianos.