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7 de noviembre de 2024, 11:38 AM

7 de noviembre de 2024, 11:38 AM

Mariannita Diodato es una destacada joven de 20 años que fusiona su amor por el ballet con su formación en arquitectura.

Desde sus primeros pasos en la danza, ha cultivado habilidades que trascienden el escenario y enriquecen su vida personal y profesional.

Ella comparte sus experiencias como bailarina, modelo y emprendedora, ofreciendo una mirada única sobre la dedicación y la creatividad que la impulsan en cada uno de sus proyectos.

 – ¿Qué te inspiró a comenzar tu carrera en el ballet y a qué edad comenzaste a bailar?

En el colegio, veía a mi prima pasar clases; la esperaba sentada, viendo lo lindo que lo hacía. Tras que se me dio la posibilidad, a los 9 años comencé a bailar con la amorosa profe Sandra Sorich en Kolping.

– ¿Cómo influyen tus habilidades de ballet en tu trabajo como modelo?

Me ayudó mucho el ballet para la vida entera, en gracia, carisma y posturas, aunque a veces me falta un espejo como en las clases. También, todo el crédito no es mío; la profesora Sandra, que es como una segunda mamá de todas las niñas, no solo enseñaba ballet, sino modales, responsabilidad y mil cosas más. Gracias a ella, tuve mis primeros trabajos siendo profe de ballet. Puedo decir que tuve dos papás en este tema: ella y el profe Ronaldo Wellington, el pionero del modelaje, un gran personaje y una maravillosa persona que hasta ahora me enseña la puntualidad.

– ¿Cómo equilibras tus responsabilidades como bailarina, modelo y emprendedora?

Es chistoso; no sabría decir eso porque a veces no sé cómo lo hago. También es doloroso el “chanclazo” de la vida, ya que a veces no se pueden hacer muchas cosas a la vez. Todo tiene su tiempo.

– ¿Qué habilidades o lecciones del ballet has aplicado a tu negocio?

La responsabilidad y la constancia en algo te hacen mejor, y que siempre, si lo crees, se puede todo.

– ¿Dónde aprendiste a pintar macetas?

Mi artista favorita, mi mamá, me enseñó. Ella es una gran artista; todos los cuadros que tenemos en la casa son de ella.

– ¿Tu mamá fue tu ejemplo a seguir?

Totalmente, ella es mi todo. Todo lo hace bien; es tan creativa que siempre encuentra la forma de hacer cualquier cosa y de todo. Para todo tiene una respuesta, un camino o una solución, y nunca se rinde.

– ¿Ella te sacó sola adelante?

Orgullosa de responder que sí. Mi mamá es la mujer más valiente, fuerte, trabajadora, creativa, cariñosa y protectora. Todo lo que soy es gracias a ella.

Mariannita Diodato

Linda. Mariannita está estudiando arquitectura y le gustan los certámenes de belleza

– ¿Qué recuerdo te queda de tu papá?

Mis hermanos, todas las fotos lindas, el amor y el cariño de la gente que lo recuerda, y las miles de historias hermosas que hasta ahora la gente me cuenta.

– ¿Le pintarías un cuadro a él y qué le harías?

Sí, pintaría mi foto favorita con él.

-¿Costó no tenerlo a su lado?

Se los dejaré a su imaginación.

– ¿Cuesta ser joven y emprendedora?

Cuesta comenzar, y cuestan los miles de errores que se cometen, pero vale la pena. Le agradezco a esa Mariannita de 7, 8 añitos que no tuvo miedo de vender nunca. Jamás olvidaré que mi primer emprendimiento fue hacer bisutería: aritos, manillas y collares, gracias mamá por enseñarme y hacer conmigo. ¡Te amo!

– ¿A quién te gustaría regalarle tu maceta y qué le pintarías?

Le regalaría una maceta mil veces a Georgynita Vargas Salazar. Esa maravillosa mujer fue la primera que me compró una maceta personalizada, y hasta ahora sigue haciéndolo. Ya no solo es mi cliente, sino mi amiga.

– ¿Qué papel juega la creatividad en tu vida profesional y personal?

Es la sazón de mi vida diaria. Mi día a día no tuviera chiste si no, y yo creo que a la gente no le gustaría trabajar conmigo si no la tuviera.

Mariannita Diodato

Disfruta lo que hace. El ballet lo practica desde su niñez, hoy es su forma de vida

– ¿En qué escenario te gustaría bailar y con quién?

En el primer escenario que bailé, el Paraninfo; volvería a bailar con mis amigas. Y si fuera un dúo, sería con Hider Montero. Para mí, el mejor bailarín multifacético de Bolivia. Tuve el privilegio de bailar dos veces para la mágica Noche de Pascua.

– ¿Qué tal la experiencia de participar en la elección de El Deber?

Muy linda; siempre las experiencias nuevas hacen bien y se aprende algo. Conocí muchas bellezas cruceñas, todas maravillosas.

– ¿Volverías a participar de un certamen de belleza?

Yo creo que, si se da, puede ser, pero no lo tengo en mis planes.

-¿Algún consejo para aquellos que aspiran a ser bailarines?

¡Que nunca es tarde! La constancia hará que seas más flexible, que te sea más fácil y que te duela menos. Todos pueden; la cosa es empezar. Y un consejo, nada que ver con el ballet, pero bueno: desde chicos deberíamos perderle el miedo al trabajo o emprender para saber lo que cuesta ganar, la responsabilidad y las ganas de no quedarte sin hacer nada.



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