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12 de noviembre de 2024, 10:00 AM

12 de noviembre de 2024, 10:00 AM

Las empresas y los productores bolivianos no la tendrán fácil en 2025. Los economistas y analistas proyectan los mismos problemas que tuvo la economía en 2024: escasez de dólares y diésel, pérdida del poder adquisitivo de las familias y encarecimiento de insumos, entre otros. A ello se sumarán las elecciones generales, que supone la priorización -por parte del Gobierno- de la política sobre la economía del país.

En ese marco, serán pocos los actores económicos que podrán continuar ‘a flote’. Se perfilan con mejores perspectivas los sectores que hacen negocios con el exterior, pues son los que “traen dólares”, una ventaja que no todos tienen.

El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, indicó que el sector industrial presenta perspectivas interesantes en los sectores de la agroindustria e industria alimentos y bebidas, es decir, la producción de alimentos tanto para el mercado interno como para el externo.

“Se advierte un inicio de repunte de la demanda y precios de alimentos en el mundo; sin embargo, aprovechar esta ventana de oportunidad dependerá del contexto político y económico interno. La demanda nacional e internacional de alimentos y bebidas tiene tendencia creciente tanto por la crisis climática, la guerra entre Rusia y Ucrania y la guerra en Medio Oriente, como por el crecimiento poblacional de más 8 mil millones de habitantes que experimenta el planeta. Empero, la potencialidad de los rubros vinculados a la producción de alimentos y bebidas está sujeta a la disponibilidad interna de divisas e hidrocarburos y de la generación de un ecosistema político y económico propicio para la iniciativa privada”, resaltó.

Sin embargo, Camacho advirtió que las elecciones generales ocasionarán un gran perjuicio para toda la actividad económica industrial, que se verá afectada por la alta incertidumbre política y económica. “No existe un solo sector que se vea blindado de los efectos de la crisis política y económica que experimenta y experimentará el país. Tanto los sectores orientados a las cadenas locales como globales de valor, serán los más afectados si no existe un ecosistema propicio para la iniciativa privada”, afirmó.

Para el analista de Presupuestos Públicos de la Fundación Jubileo, René Martínez, la situación para los sectores productivos en 2025 será “más compleja”, dada la actual crisis con “rasgos de inestabilidad económica”, que tiene una variación y un descontrol en el tema de precios, inflaciones, escasez de divisas y demás.

“Los sectores que tal vez tengan cierta ventaja y puedan mantener un desarrollo interesante, son los de minería y la agroindustria, porque son sectores exportadores y, en el marco de una crisis cambiaria donde no haya divisas, son los sectores que van a tener ingresos en divisas. Ahí es que la industria puede estar en una situación favorable, pero esto va a depender de los precios internacionales, que han estado relativamente buenos los últimos años, y también va a depender de las inversiones que se ganen en estos sectores”, sostuvo.

Resaltó que la demanda interna tenderá a contraerse en una situación de mayor desempleo y menor liquidez en la economía. “En diferentes momentos el Gobierno ha manifestado que su modelo económico se sostiene en un impulso a la demanda, pero tenemos menos recursos que en el pasado, entonces no se trata de seguir incrementando el gasto constantemente, sino de preservar lo que es la estabilidad. Un sobreendeudamiento con el Banco Central va a traer mayor inflación”, consideró Martínez.

Jorge Akamine, presidente del Colegio de Economistas de Bolivia (CEB), señaló que para 2025, el dinamismo en la economía boliviana será clave para afrontar los retos acumulados en los últimos años. “La recuperación económica dependerá de la innovación, la capacidad de adaptación de los sectores clave y el aprovechamiento de las oportunidades en los mercados internos y externos.

Según el economista, los sectores que se perfilan como los más dinámicos y con mejores oportunidades de negocios son siete: Tecnología e Innovación Digital, Agroindustria y Agroexportación, Energías Renovables, Minería Sustentable y Procesamiento de Litio, Turismo Sostenible y de Aventura, Industria de la Salud y Bienestar, y Educación Técnica y Formación Profesional.

En el caso del primero, las oportunidades se presentan debido a la acelerada digitalización en el país, lo que abre oportunidades para empresas de fintech, educación en línea, comercio electrónico, ciberseguridad, inteligencia artificial, y software a medida. “Con más negocios migrando a plataformas digitales, se espera un auge en las soluciones tecnológicas que permitan reducir costos, optimizar operaciones y brindar servicios más seguros”, afirmó.

En cuanto a la Agroindustria y Agroexportación, Bolivia cuenta con oportunidades en sus vastas tierras agrícolas y condiciones climáticas que permiten una diversificación en la producción agroindustrial. “Además de la soya, los productos de exportación potencial incluyen quinua, chía, cacao, café y frutas tropicales. La demanda creciente por alimentos orgánicos y productos de comercio justo en mercados como la Unión Europea y Estados Unidos abre oportunidades significativas”, dijo Akamine.

En materia de Energías Renovables, Bolivia tiene un potencial significativo para desarrollar energías renovables, especialmente solar, eólica e hidroeléctrica a pequeña escala. “Con los compromisos globales hacia la reducción de emisiones de carbono, los proyectos de generación limpia y las iniciativas de energía renovable serán cada vez más rentables”, precisó el economista.

La Minería Sustentable y Procesamiento de Litio ofrece oportunidades con una creciente demanda de minerales estratégicos para la transición energética. “Bolivia, con sus grandes reservas de litio en el Salar de Uyuni, podría beneficiarse si se desarrollan infraestructuras para la extracción y procesamiento de este recurso. Además del litio, minerales como el zinc, estaño y cobre también tienen demanda internacional”, apuntó Akamine.

En cuanto al Turismo Sostenible y de Aventura, las oportunidades se encuentran en los destinos naturales y culturales únicos. “Las oportunidades incluyen el desarrollo de ecolodges, tours de aventura, y turismo comunitario en regiones como el Altiplano, la Amazonia y el Chaco. Existe un nicho para turistas interesados en experiencias culturales auténticas y ecológicas”.

La Industria de la Salud y Bienestar ofrece oportunidades en un sector privado que tiene un potencial considerable en áreas como telemedicina, clínicas de especialidad, centros de bienestar, y productos naturales para la salud. “También existe la oportunidad para que empresas farmacéuticas y de biotecnología desarrollen productos innovadores”, según Akamine.

Por último, la Educación Técnica y Formación Profesional, brinda oportunidades en La demanda de habilidades técnicas y profesionales en áreas como tecnología, ingeniería, agroindustria y servicios digitales ofrece un nicho para instituciones que ofrezcan formación especializada. “Los centros de formación técnica y profesional en línea y presencial tendrán un rol importante para cubrir esta demanda de talento”, subrayó el economista.

El Gobierno destaca frecuentemente que el clima para los negocios en Bolivia es el óptimo y se basa en los datos sobre la creación de empresas. Según el Servicio Plurinacional de Registro de Comercio (Seprec), entre 2021 y mayo de 2024 se crearon 44.735 empresas. Hasta julio de 2024 se habían creado 8.546 nuevas unidades económicas, “consolidando así el dinamismo del sector empresarial en Bolivia”, sostuvo el director del Seprec, Álvaro Sepúlveda, en días pasados.



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