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20 de noviembre de 2024, 12:44 PM

20 de noviembre de 2024, 12:44 PM

Cochabamba fue el departamento más perjudicado por los bloqueos que, durante 23 días mantuvo a ese departamento sin provisión de insumos, alimentos ni combustible. El vicepresidente y vocero de la Cámara Agropecuaria de esa región (CAC) dice que tardará ocho meses en reponer los daños que llegaron a $us 30 millones.

– ¿Cómo ha sido afectado el sector productivo cochabambino por los bloqueos?

Esos 23 días nos han generado, sólo al sector agropecuario en Cochabamba, una pérdida de más de 30 millones de dólares y ese monto habría que dividirlo entre 400.000 familias que trabajamos en el agro. De pronto, ha sido una pérdida de todo el patrimonio productivo acumulado durante los últimos cinco años.

Hemos llegado al extremo de que, en la ciudad de Cochabamba, hemos tenido crisis alimentaria, los mercados totalmente desabastecidos de carne roja, carne blanca; no había ya hortalizas ni verduras, menos fruta. Peor aún, hemos encontrado que las 22.000 familias productoras de banano de los cinco municipios, en una señal de protesta pacífica, han tenido que regalar su producto.

Esto, por supuesto, ha generado una desazón, tristeza y frustración, en todo el aparato productivo agropecuario cochabambino, sin considerar, por ejemplo, que el sector floricultor trabaja seis meses antes de Todos Santos, sacando un promedio de 200 toneladas día para esta época.

Cierto, hemos hecho gestión ante el Gobierno y hemos conseguido, un par de días de puentes aéreos y hemos movido apenas por día 30 toneladas, pero 170 toneladas se han ido directamente a la basura al ser un producto altamente perecedero. Por tanto, ha sido una pérdida en términos económicos irreparable.

– ¿Aparte de las pérdidas económicas, qué es lo que más le preocupa?

El impacto social de estas medidas. El cierre de unidades productivas las estamos contabilizando recién, pero esto ha generado desempleo, lo cual es, indudablemente, un «inducente» hacia la delincuencia. En el sector pecuario es mucho más complicada la crisis porque nosotros compramos más del 70% de los insumos, desde recargar las granjas con pollitos bebés, soya, maíz, sorgo y otros productos, que hoy no los hemos podido tener a mano.

Ha sido un tema muy duro para Cochabamba, que ya cobró una primera factura, que son los altísimos precios. Hemos llegado a pagar más de 25 bolivianos el kilo por lo poco que quedaba de pollo.

La carne de res, más o menos 60 bolivianos el kilo, entendiendo que Cochabamba al día faena 400 cabezas, de las cuales 320 vienen de Oriente.

– ¿Cuánto tiempo más se van a tener estas consecuencias y qué efectos más vienen?

Hemos hecho una evaluación post-bloqueos en el Directorio (de la CAC) . Esta evaluación nos ha hecho definir que necesitamos por lo menos entre seis y ocho meses para volver a la normalidad, si es que existe, en este país, esa garantía que nos da la Carta Magna, artículo 21 de la Constitución, que manda y obliga a los administradores del Estado a permitirnos libre transitabilidad.

No estamos pudiendo encarar, aún, la siembra de verano que empieza a mediados de octubre y acaba a principios de noviembre. No hemos podido hacerlo por tres factores fundamentales: violencia en los caminos, falta de libre transitabilidad, altos costos de los insumos y combustible. Hace mucho tiempo no tenemos la libertad de poder tener, por ejemplo, diésel.

En el Trópico de Cochabamba hemos pagado entre 13 y 15 bolivianos el litro de gasolina, de lo poco que había en el mercado negro. Tenemos urgente necesidad de gasolina para oxigenar las más de 5.000 piscinas de producción de peces que hay en el Trópico.

Es un tema muy complejo que nos trae recuerdos. Históricamente hablando, vemos cómo de pronto este cáncer en la economía, que son los bloqueos, el año pasado, entre Cochabamba y Santa Cruz, hemos tenido más de 180 días de bloqueos, eso significa el 50% del año productivo.

El sector está, en este momento, en un estado de coma. Si nosotros en esta coyuntura no logramos tener, en forma inmediata, diésel y gasolina para que continuemos nuestras actividades, podríamos tener un colapso.

– ¿Qué medidas urgentes pide la agropecuaria de Cochabamba?

Primero, necesitamos pedirle al Gobierno, y lo vamos a hacer en las próximas horas a través de la Confederación Agropecuaria Nacional, una pausa tributaria. Pese a la crisis en Cochabamba, seguimos teniendo presión tributaria de Impuestos Nacionales.

Segundo, necesitamos una normativa de la ASFI para reprogramar las deudas, no en 90 o 120 días, necesitamos reprogramaciones a mediano plazo, mínimo un año, para poder salir adelante.

Y tercero, necesitamos un capital de reactivación económica. No creemos que haya otra forma. El sector bananero, que le ha generado al Estado, en los últimos 10 años más de 600 millones de dólares, es hoy duramente golpeado.

El sector bananero mueve aproximadamente, al año, 170.000 toneladas de productos de exportación y otras 150.000 para el mercado nacional. De las 170.000 de exportación, el 92% se va con rumbo a la Argentina. En esta crisis de no exportar, Argentina ha sustituido nuestra oferta con producto colombiano, paraguayo y el propio producto ecuatoriano.

Ojalá no nos quieran sacar del mercado. Estamos confiando en que la comunidad boliviana que vive en la Argentina, particularmente en el Gran Buenos Aires, continúe exigiendo nuestros productos. Somos 22.000 familias en una crisis casi total, sin considerar que ahí tenemos piña y palmito, 5.000 familias que cortan diariamente 25.000 tallos que no le pueden vender a las siete industrias, cinco privadas y dos del Estado.

– El próximo año es netamente electoral ¿Cómo se pueden evitar más bloqueos?

Creo que el gobierno tiene que llegar a un gran acuerdo político con su propia gente. Eso es fundamental. Sin embargo, vemos, inclusive, entre comillas, una oposición que hoy respalda a los sectores políticos radicales, me refiero a la Cámara Alta. No creo que solo dependa del presidente Arce y su entorno. Va a depender de que todos los asambleístas sean partes de la solución; deben despojarse de sus propias ambiciones político-partidarias y se piense en el mandato constitucional.

PERFIL

Rolando Morales es licenciado en Administración de Empresas, productor bananero del Trópico de Cochabamba y horticultor en el Valle Bajo. Ha ocupado cargos en el Senasag y fue secretario general del Gobierno Municipal de Cochabamba. Desde hace 15 años está ligado a la CAC y desde hace dos acompaña en la gestión al actual presidente, Agustín Conde.



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