Cada año los Grammy regalan inolvidables momentos de glamour y belleza. Beyoncé, una de las favoritas de la noche, se volvió tendencia en redes sociales no solamente por las estatuillas que se llevó, sino también por el momento incómodo que vivió con el fabuloso vestido dorado personalizado de Schiaparelli que llevó en la memorable ceremonia.
Cuando la estrella de 43 años fue anunciada como la ganadora del ‘Mejor álbum de country’ por Taylor Swift, se levantó de la mesa emocionada y en ese momento se aprecia cómo el escote de su ceñido modelo caía peligrosamente bajo en la parte delantera y también dejaba ver los alambres blancos de las copas del sostén.
En la cámara se ve que es su hija, Blue Ivy, le deja saber del pequeño incidente y la artista se lo arregla en tiempo record. Sin embargo, volvió a pasar ya cuando estaba en el escenario recibiendo la estatuilla y dando su discurso de agradecimiento por el reconocimiento.
Unos minutos más tarde, cuando aceptó el premio final al Álbum del Año de la noche por “Cowboy Carter” junto a su hija, el aro blanco ya no estaba a la vista.
Cabe destacar de su look que la cantante y empresaria llevaba el pelo liso, rubio largo y suelto, con raya en medio que complementó con aretes de diamantes de color coñac y perlas naturales de Lorraine Schwartz con un par de aretes en forma de pera.