La artista de 48 años presentó un espectáculo que alternó las canciones de su duodécimo álbum, que da nombre al tour, con sus clásicos más queridos en el estadio olímpico Nilton Santos, con capacidad para 46.000 personas.
«¡Boa noite, Rio de Janeiro!, tudo bem?«, arrancó la barranquillera, que durante todo el show habló con el público en un fluido portugués.
Con luces y efectos visuales de última generación, Shakira se paseó por todas las etapas de sus tres décadas de carrera desde su salto a la fama internacional con Pies descalzos en 1995.
El concierto estuvo lleno de significado. Durante la interpretación de Acróstico, la pantalla gigante mostró tiernas imágenes de sus hijos, Milan y Sasha, que tocaron profundamente el corazón del público.