Feb 25, 2025 @ 3:24
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El presidente de Bolivia, Luis Arce, defendió este lunes al Estado como «actor fundamental» para la industrialización de los recursos naturales del país, durante la inauguración de la primera planta siderúrgica estatal boliviana para explotar el yacimiento de hierro del Mutún, en la frontera con Brasil.

«Hoy es una realidad la industrialización del Mutún. Esta es una muestra clara de que el Estado boliviano tiene que ser y es el actor fundamental para avanzar hacia la industrialización de nuestro país», sostuvo Arce en su discurso.

El cerro Mutún se encuentra en Puerto Suárez, un municipio fronterizo con Brasil situado en la región oriental de Santa Cruz, la más poblada y el motor económico de Bolivia.

El yacimiento, descubierto en 1848, es considerado como una de las mayores reservas de hierro del mundo, con un potencial estimado de 40.000 millones de toneladas del mineral que, además, es hierro de alta ley, según datos oficiales.

Arce recordó que la planta se construyó con una inversión de 546 millones de dólares financiados con tres fuentes, un crédito chino por el que agradeció al presidente del país asiático, Xi Jinping, un préstamo del Banco Central de Bolivia (BCB) y recursos del Tesoro General de la Nación (TGN).

El mandatario sostuvo que la industrialización que prometió su Gobierno «no es cuento» y «es una realidad».

Arce, uno de los gestores del ‘Modelo Económico Social Comunitario Productivo’ puesto en marcha en el país bajo la Administración del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), ha defendido varias veces esa política ante sus detractores que ven como síntomas de su agotamiento la falta de dólares y combustible y la inflación.

El modelo económico del gobernante tiene al Estado como protagonista y también plantea la sustitución de importaciones mediante la industrialización de los recursos naturales.

«Estamos mostrando al país entero que se puede industrializar el país, que eso depende de la decisión política de un Gobierno decidido a producir y construir una economía sólida y diversificada en nuestro país. Si no existe esa condición, no hay industrialización», manifestó Arce.

La planta inaugurada en esta jornada fue construida por la empresa estatal china Sinosteel Corporation, tras acuerdos fallidos con la brasileña EBX en 2006 y en 2007 con la compañía india Jindal.

En el caso de Jindal, el entonces Gobierno de Evo Morales (2006-2019) le adjudicó el proyecto en 2007 anunciando que la firma haría la mayor inversión minera en la historia de Bolivia, pero la compañía abandonó el país en 2012, tras una confrontación con el Ejecutivo por discrepancias sobre su contrato.

Según datos del Ministerio de Minería y Metalurgia, la planta siderúrgica tiene una capacidad para tratar 800.000 toneladas de carga bruta de hierro y producir 200.000 toneladas de fierro corrugado que cubrirán el 50 % del mercado interno.

Las autoridades prevén que generará ingresos anuales por 260 millones de dólares y dará 700 empleos directos y otras 3.000 fuentes de trabajo indirectas.

La estructura tiene siete plantas de concentración, peletización, acería, laminación, electricidad, servicios auxiliares y de reducción directa del hierro, de acuerdo con información oficial.

Arce ratificó que está previsto ampliar la planta en una segunda fase del proyecto para «duplicar la producción».

También aseguró que es un «momento histórico» para el país, porque la obra se entrega en el año en que Bolivia celebrará el bicentenario de su independencia después de varias décadas en que el proyecto no logró concretarse. 

 

 



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