9 de marzo de 2024, 11:00 AM
9 de marzo de 2024, 11:00 AM
Buenas noticias para el país, CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe- aprobó un financiamiento de $us 240 millones en favor de Bolivia para garantizar la disponibilidad de agua para el desarrollo social y la producción agrícola, señala la entidad en un comunicado de prensa divulgado a través de su página web.
El organismo sostiene que, con este crédito se prevé incrementar la superficie bajo riego en alrededor de 13.600 hectáreas, así como mejorar la productividad y el uso eficiente del agua, beneficiando a 15.000 familias en todo el país.
Este financiamiento, que será ejecutado por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, a través del programa Presas Resilientes, contempla la construcción de sistemas de presas mediante las correspondientes obras de almacenamiento y regulación hídrica.
“Esta operación pretende aprovechar y manejar mejor el recurso hídrico en Bolivia, a través de obras estratégicas de almacenamiento que permitan regular la disponibilidad de agua para riego y otros usos productivos de manera sostenible. Con ello, buscamos potenciar el desarrollo y la cohesión social en las zonas rurales del país, favorecer la matriz productiva y la seguridad alimentaria, y mejorar la adaptación de las comunidades al cambio climático”, dijo Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de la CAF.
Actualmente, apremiantes dificultades vinculadas al clima se combinan con la escasez de infraestructura para el almacenamiento de agua que no permite regular la disponibilidad del recurso hídrico a lo largo del año, fundamental para usos agrícolas y otros fines productivos.
En este contexto, el programa Presas Resilientes contempla entre sus componentes inversiones en la construcción de presas, preinversiones para estudios técnicos, fortalecimiento institucional de operadores y entidades a cargo del mantenimiento de los sistemas y un centro de monitoreo nacional de presas.
En un informe, la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) informó que se esta reducción será en la producción de soya para la campaña 2023-2024, por los efectos de la sequía, que se viene registrando desde el inicio de la siembra en noviembre de 2023 y que se prolongó hasta finales de enero.
“Al concluir la siembra, continuó la sequía, y eso dificultó también el normal desarrollo del cultivo en momentos de llenado de grano, lo cual ocasionó mermas en la productividad y, por ende, una menor producción”, lamentó el presidente de Anapo, Fernando Romero.