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10 de marzo de 2024, 4:00 AM

10 de marzo de 2024, 4:00 AM

Luis Arce se dirigió en junio de 2023 directamente al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, para que activara el proceso de “un examen crítico” de la actual clasificación de la hoja de coca como estupefaciente incluido en la Lista I de la Convención de 1961. Ese pedido está en proceso de revisión y así se consolida la cuarta intención de Bolivia de despenalizar la coca en el mundo.

La hoja de coca está en la primera lista de la Convención de 1961 donde se encuentran las sustancias prohibidas. Eso sí, la nominación de esta hoja está esa lista “en su forma enmendada”, porque existe en Bolivia una reserva legal sobre el veto internacional.

En abril de 1993, el entonces presidente Jaime Paz Zamora inició la denominada “diplomacia de la coca”, que intentó la despenalización del arbusto y sacarla de la Lista 1 de estupefacientes. Esa política exterior duró todo el mandato de Paz Zamora; 20 años después fue el turno de Evo Morales, que también intentó el mismo propósito. En 2006 se recibió un duro revés cuando David Choquehuanca era canciller.

En 2011, de manera sorprendente, Bolivia se retiró de la Convención para volver a adherirse en 2013, con una reserva que permite el acullico, la infusión y su uso con fines médicos y culturales.

“En esta nueva incursión y anticipándose al posible resultado del nuevo plan de repartir la leche antes de tener la vaca, el Gobierno ha puesto en marcha la construcción de dos fábricas industriales de coca. Una de las factorías se encuentra en Sacaba, capital de la provincia Chapare, y su construcción parece estar muy avanzada. La otra estará en Los Yungas, aunque este objetivo es, por ahora, solo una oferta a los productores de coca de esa región, algo que suena más a un adelanto prelectoral. Sin embargo, ambas fábricas podrían convertirse en un desencanto y sumarse a la colección de elefantes blancos si la gran cruzada para revalorizar la hoja de coca”, resaltó Javier Viscarra, periodista y diplomático.

Ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya examina la solicitud de Bolivia para despenalizar el consumo de hojas de coca en estado natural, reportó la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su informe anual de 2023. Este trabajo también lo realiza la Comisión de Estupefacientes de la ONU.

“Cuando la OMS finalice el examen, se notificará al Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia. Este Estado tiene una reserva a la Convención de 1961 por la que se permite la masticación de la hoja de coca con fines culturales en su territorio nacional”, dice parte del informe anual de la JIFE.

La hoja de coca está en la primera lista de la Convención de 1961 donde se encuentran las sustancias prohibidas. Ahora, la nominación de esta hoja está esa lista “en su forma enmendada”, porque existe en Bolivia una reserva legal sobre el veto internacional.

El reporte de la JIFE muestra la cantidad de coca que se produjo en el país entre 2021 y 2022, sobre la base de los informes oficiales “sin precedentes” para Colombia y Perú, los dos mayores productores de la hoja de coca a escala mundial antes que Bolivia.

“A pesar de estas cifras, la fabricación y el consumo lícitos de cocaína a escala mundial siguieron disminuyendo”, señala el documento realizado en Viena, Austria.

Este reporte también detalla que el consumo de cocaína se sitúa “en los niveles más bajos de los últimos dos decenios”, mientras que en el mercado global de las drogas aparecieron otros productos, sobre todo drogas sintéticas.

La JIFE demostró que las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas amplían sus operaciones en la Amazonía y que “han llegado a abarcar la minería ilegal, la tala ilegal y el tráfico de fauna y flora silvestres”.

David Restrepo, investigador del Centro de Estudios Sobre Seguridad y Drogas de la Universidad de los Andes de Colombia, aseguró que la hoja de coca tiene muchas posibilidades comerciales en su país y que, en ese sentido, para poder desarrollarla ya hay una normativa local que determina que la hoja coca y su aprovechamiento se considera un conocimiento tradicional.

“Para desarrollar ese mercado, se debe seguir un procedimiento claro que reconozca que esto es patrimonio de pueblos indígenas y locales colombianos, como también peruanos y, por supuesto, bolivianos”, consideró Restrepo.

La propia OMS desempeñó un papel crucial en la decisión inicial de designar a la coca como una droga en la Lista I de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas. Esa decisión fue condenada por toda la cultura andino-amazónica.

Se espera que la revisión crítica de la OMS concluya a finales de 2024, lo que sentaría las bases para una votación en la sesión de la Comisión de Estupefacientes en marzo de 2025. El resultado ideal, en opinión del gobierno boliviano, sería que la OMS recomendara eliminar la coca por completo de las listas de la Convención Única.

En principio, la OMS podría recomendar trasladar la coca a la Lista II, menos restrictiva, junto con la codeína y otros opiáceos más suaves. Pero, que sea designada en Lista II significaría que la hoja de coca seguiría estando limitada a fines médicos y científicos, aunque sujeta a menores niveles de control administrativo.

Es probable que cualquier recomendación para modificar el actual estatus de la coca en la Lista I enfrente fuertes vientos en su contra en la CND, donde reunir los votos necesarios para promulgar un cambio en el estatus de la coca probablemente encontraría importantes obstáculos.

Hace una década, cuando Bolivia salió de la Convención Única y luego logró reincorporarse a ella con una reserva que defendía el uso tradicional de la hoja de coca dentro de Bolivia, Estados Unidos se opuso rotundamente. El gobierno del presidente Barack Obama encabezó una campaña para bloquear la reserva boliviana.

Todos los países del G8 y varios otros países europeos se unieron al gobierno estadounidense en su objeción. Al final, la coalición formada por Estados Unidos no consiguió impedir que Bolivia volviera a adherirse al tratado, y desde entonces, tanto México como Holanda han retirado formalmente sus objeciones originales.

Ahora, Bolivia logró el apoyo de México y Colombia, pero faltan muchos países para llegar al éxito.

Tuvo Bolivia para intentar despenalizar la hoja de coca.

Es el límite de cultivos de hoja de coca establecidos por la Ley General de la Coca



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