13 de marzo de 2024, 4:00 AM
13 de marzo de 2024, 4:00 AM
Las pistas clandestinas utilizadas por el narcotráfico se duplicaron en un año. En 2022, el Gobierno destruyó 67 aeródromos ilegales en diferentes zonas del país y en 2023 la cifra creció a 122. Además, el año pasado se realizaron 10.470 operativos de interdicción al narcotráfico, que permitieron desarticular tres organizaciones criminales, aprehender a 3.457 personas y destruir 766 fábricas y 97 laboratorios de cristalización de droga para la “exportación”.
Estos y otros datos fueron presentados ayer por autoridades del Ministerio de Gobierno en su rendición pública de cuentas, que se transmitió a través de las redes sociales de la entidad pública.
Entre esos datos también se destacó el secuestro de 32,93 toneladas de cocaína; 372,19 toneladas de marihuana; 608 toneladas de sustancias químicas sólidas; 801 metros cúbicos de sustancias químicas liquidas; 373 toneladas de hoja de coca; 225 millones de dólares americanos afectados a las mafias; 979 vehículos; 51 avionetas y 410 inmuebles.
Según los datos del Gobierno, en 2022 se interceptaron 67 pistas clandestinas, mientras que en 2023 se destruyeron 122. Esa cifra es prácticamente el doble a la de hace dos años. Ayer, Samuel Cari, director general de Sustancias Controladas, no explicó en qué zonas están estas pistas.
Gabriela Reyes, criminóloga y especialista en política de drogas, resaltó que no existe información oficial de dónde se intervinieron exactamente las pistas clandestinas, pero a su parecer estos aeródromos, en su mayoría, están en zonas de la Amazonía y también en áreas protegidas.
“Se han empezado a instalar laboratorios de cocaína en los parques nacionales, eso también incluye territorios amazónicos. ¿Qué tienen de atractivo estos lugares? Primero, que son de difícil acceso para la fuerza pública y fáciles para esconderse y camuflarse. También tienen ríos y la producción de cocaína necesita mucha agua, pero también necesita eliminar muchos desechos químicos. Se pueden construir y camuflar pistas de aterrizaje clandestinas, que son necesarias para transportar el producto y las sustancias químicas”, dijo Reyes.
En 2021, Beni y Santa Cruz concentraban el 84% de las pistas clandestinas que eran utilizadas para el narcotráfico. Ese año, la Policía antidroga logró destruir 46 narcopistas en cinco departamentos del país. Lo inédito sucedió en Tarija, donde se encontró una senda que servía para cargar cocaína producida en el Chaco y luego era llevada a Paraguay y Argentina. En esa época iniciaba el puente aéreo de cocaína vía el Chaco tarijeño. Ahora, esa ruta ya está consolidada.
En esa gestión, en Santa Cruz se destruyeron 22 pistas clandestinas, mientras que en Beni 17, en La Paz fueron cinco, en Tarija una y otra en Cochabamba.
Ayer, Cari informó que en la gestión 2023 se logró desarticular tres grupos criminales dedicados al tráfico de droga, uno de ellos el del capo uruguayo Sebastián Marset. Además, el funcionario explicó que la Policía Boliviana logró participar en ocho operativos conjuntos en la frontera contra el tráfico de sustancias controladas: dos con Perú, cinco con Chile y uno con Ameripol, que es conformada por los países de la región.
El funcionario también detalló que se realizaron tres reuniones de comisiones mixtas con Colombia, Perú y Chile, suscribiendo acuerdos a nivel bilateral para fortalecer la lucha regional contra el narcotráfico. Además, se realizaron seis reuniones con diferentes organismos internacionales.
Sobre el secuestro de sustancias controladas, Cari informó que 32,93 toneladas de cocaína y 372 toneladas de marihuana fueron secuestradas en la gestión 2023. Además, dijo que se realizaron 10.470 operativos.
Según oficiales de la Felcn, las narcopistas son construidas por un tiempo debido a que las mafias se mueven por diversas zonas. Hay otras que fueron abandonadas y no son operadas. Estas pistas tienen dos funciones: cargar y dejar droga y también para que la avioneta pueda abastecerse de combustible.
Hay avionetas que llegan con carga (droga) desde Perú y la dejan en un punto de refinación de Bolivia. Inmediatamente cargan la cocaína purificada (clorhidrato de cocaína) y también cargan Avgas (combustible para avionetas). Todo eso se hace en menos de dos minutos y la avioneta vuelve a partir con el fin de no ser detectada”, explicó a este medio un oficial antinarcóticos.