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13 de marzo de 2024, 10:07 AM

13 de marzo de 2024, 10:07 AM

Hace 1095 días fui secuestrada, arrancada de mi familia y mi lugar en la ciudad de Trinidad, Beni, hacia la ciudad de La Paz, ilegal centro de detenciones signado por Evo Morales, para encarcelar a sus adversarios políticos mediante expedientes judiciales fabricados sobre la base de su relato cómo prófugo de la Justicia y del país”.

Así recuerda este miércoles la expresidenta Jeanine Áñez sus tres años de detención (por el supuesto “golpe de Estado” al expresidente Evo Morales en la crisis de 2019) mediante una carta escrita desde el penal de Miraflores, de La Paz.

El 20 de octubre de 2019 se realizaron unas polémicas elecciones generales en Bolivia que derivaron en una serie de hechos de violencia en medio de denuncias de supuesto “fraude electoral”.

El 10 de noviembre de ese mismo año, el entonces presidente Evo Morales renunció a su cargo agobiado por una ola de protestas callejeras, un motín policial e incluso una “sugerencia” de las Fuerzas Armadas para su dimisión.

Dos días después y en medio de un caos en Bolivia, la entonces segunda vicepresidenta del Senado asumió, primero, la presidencia de dicho órgano legislativo y luego el mando del país a través de un cuestionado proceso de transición.

El 13 de marzo de 2021, cuando el Movimiento Al Socialismo (MAS) ya había retornado al Gobierno, Áñez fue detenida en Trinidad y trasladada a la ciudad de La Paz, en un principio, por el denominado caso Golpe I, en el que fue acusada por los delitos de terrorismo, sedición y conspiración. 

Mientras guardaba detención preventiva, la exmandataria fue sometida a otro proceso denominado Golpe II, en el que fue condenada a 10 años de cárcel por los delitos de incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes.

También fueron activados otros procesos en su contra, todos por la vía ordinaria, por las muertes en Sacaba y en Senkata.

Sin embargo, “los delitos cometidos en 2019 son de total y exclusiva autoría intelectual y material de Evo Morales y la cúpula del gobierno del MAS”, asegura Áñez en su carta.

La expresidenta afirma que Morales “es reo del incumplimiento del voto popular (el referendo del 21F) que lo inhabilitó como candidato a presidente el año 2016”.

Morales, en criterio de la exmandataria, también “es reo del fraude electoral del 20 de octubre de 2019, comicios a los que se presentó inhabilitado y que manipuló el conteo de votos al verse perdido por la decisión soberana que le negó la reelección”.

Además, Áñez considera que Morales «es reo de la omisión de auxilio, incitación a la violencia e incumplimiento de deberes al haber permitido, como presidente, que sus hordas atacaran a la población civil que salió a las calles de las ciudades y las comunidades bolivianas a protestar legítima y pacíficamente ante el escandaloso fraude electoral”. 

Asimismo, según Áñez, Morales “es reo de abandono de funciones y fuga del país cuando siendo aún presidente renunció públicamente a su cargo, a través de los medios de comunicación y las redes sociales, sin formalizar la aceptación o el rechazo de su renuncia por parte de la Asamblea Legislativa, lo que devino en 18 horas de vacío de Estado, caos en el país y en el Órgano Ejecutivo, escalada de violencia y estado de necesidad”.

Del mismo modo, “Morales es reo de apología del delito y delitos contra la seguridad del Estado boliviano, en su condición de refugiado político de los gobiernos socialistas cómplices de México y Argentina, de 2019 y 2020”, sostiene la expresidenta en su escrito.

Pero, pese a todas esas situaciones, Evo Morales ahora “está libre en la impunidad”, lamenta la exmandataria. “El hambre de poder ilimitado y perpetuo se comió al MAS con Evo Morales y, ahora también, con Luis Arce Catacora, su alter ego aumentado y corregido”, añade. 

En relación al rol de la Justicia en los procesos en su contra, Áñez señala que el Órgano Judicial “ha sucumbido a las órdenes del sicariato dirigido por Iván Lima”, ministro de Justicia, a quien identifica como “ministro de Injusticia de Luis Arce (actual presidente de Bolivia)”.

La expresidenta indica que los mismos magistrados y el fiscal general del Estado, Juan Lanchipa, que inauguraron con ella el año judicial 2020, son los que ahora, “como Pedro a Jesús”, la niegan.

Le tienen más miedo al poder temporal que al poder divino, a Dios, a sus conciencias y a cumplir y aplicar la Constitución”, remarca.

La expresidenta insiste es “presa política” de un “entramado masista/fiscal/judicial” y también reitera que es inocente de las todas las “barbaridades” por las que fue acusada.

En ese sentido, “emplazo a que los cobardes den un paso al frente en un acto de libertad de conciencia y rigor del Estado Constitucional de Derecho: Tengan la valentía de reconducir esta infamia y devuélvanme los derechos y la libertad que me arrebataron sin otra razón que el contubernio de unos delincuentes”, puntualiza Añez.



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