17 de marzo de 2024, 12:39 PM
17 de marzo de 2024, 12:39 PM
«Como Colegio de Ingenieros Ambientales Departamental Santa Cruz (CIAM-SC) nos vemos sorprendidos por las determinaciones tomadas para el reencauzamiento del Río Grande en el sector de Montero Hoyos; es una situación que pudo evitarse con una planificación y coordinación anticipada entre las diferentes autoridades con competencia en la materia, y que están relacionadas con el manejo integral de la cuenca y el cuidado de los recursos hídricos de nuestro departamento».
De esa manera inicia el pronunciamiento del CIAM-SC, que cuestiona la detonación de dinamita para reencauzar el Río Grande, luego de que la comunidad San Lorenzo de la Barrera, en Montero Hoyos (DM-15), se declarara en emergencia por el desborde que afectó 10 hectáreas productivas y puso en vilo a 300 familias.
Según los ingenieros ambientales, esta detonación es solo una medida paliativa y no una solución de fondo ante la emergencia actual en la zona.
«El mantenimiento de los defensivos debió realizarse con anticipación por el Servicio de Encauzamiento de Ríos (Searpi), como entidad competente, y ahora se están tomando estas acciones de manera urgente, sin haber realizado una evaluación ambiental en la zona, de manera previa, para determinar una línea base de los trabajos a desarrollarse», agregó el CIAM-SC.
Específicamente, en el pronunciamiento se plasmaron cinco observaciones a la detonación de explosivos en el río Grande, que podría generar varios impactos ambientales negativos en el medio ambiente.
En primer lugar, el CIAM-SC mencionó la contaminación del agua, ya que la detonación de explosivos puede provocar la liberación de sustancias químicas tóxicas en el cuerpo de agua, contaminando el agua y afectando a la vida acuática.
Como segunda observación enumeró los daños a la fauna y flora. «La explosión puede causar daño físico directo a los organismos vivos en el río, como peces, insectos y plantas acuáticas. Además, el ruido y las ondas de choque pueden afectar hábitats sensibles y el comportamiento de la fauna, causar lesiones internas o incluso la muerte por trauma».
En tercer lugar, el ente colegiado apuntó a la alteración de la morfología del lecho del río, cambiando la forma del lecho, desplazando sedimentos y modificando los patrones de flujo del agua.
En cuarto lugar, «la explosión puede aumentar la turbidez del agua al levantar sedimentos del lecho del río, lo que puede afectar la capacidad de filtración de agua y la disponibilidad de luz para la fotosíntesis de las plantas acuáticas», continuó el documento.
Como quinto y último punto, el CIAM-SC apuntó a la alteración del paisaje, ya que estos trabajos puedem causar cambios significativos, afectando hábitats naturales y la biodiversidad en el lugar.
«En resumen, la detonación de explosivos en un río puede conllevar a impactos ambientales negativos directos y persistentes en el medio ambiente, comprometiendo los diferentes ecosistemas y la biodiversidad en este cuerpo de agua y sus alrededores, es por ello que sugerimos se puedan implementar medidas de control y mitigación y el monitoreo ambiental permanente, antes, durante y de manera posterior a las detonaciones que se vayan a realizar en el Rio Grande», finalizó el pronunciamiento.
Ayer a mediodía empezó el ciclo de detonaciones de explosivos, para generar un canal y reencauzar el Río Grande. Asimismo, se hicieron trabajos de reforzamiento del dique de contención con defensivos en Montero Hoyos.
Toda la logística y carga de dinamita demandarán al Estado medio millón de bolivianos, según el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Villamontes.
Según las autoridades, después de esta medida, la idea es colocar defensivos para prevenir situaciones similares a la que hubo con el desborde de hace una semana, e incluso con ruptura del dique de contención.
Ayer, durante la primera explosión, algunos habitantes de la zona se declararon pescadores y admitieron preocupación por los posibles efectos de la medida, como una mortandad de peces.
Sin embargo, también reconocieron que se resignaron a la detonación porque no quieren volver a pasar el susto de hace una semana, cuando el río se convirtió en una amenaza para ellos.