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17 de marzo de 2024, 4:00 AM

17 de marzo de 2024, 4:00 AM

El sol sale para todos. En los negocios pasa lo mismo haciendo que el inglés y el mandarín tengan espacios para entenderse en un mundo globalizado. Y es que más allá del dólar, el yuan comienza a ser usado en varios países para el pago de las importaciones. Bolivia no es una isla y ahora comenzó a usar esta divisa en momentos en que la moneda norteamericana escasea. De hecho, la demanda de dólares para importaciones se contrajo hasta un 30% gracias al uso de la moneda china.

Desde el 2023 el país registra problemas en el abastecimiento de esta divisa debido a la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN). Estos recursos son usados para inyectar dólares a la economía según la demanda de los bancos, para cubrir el servicio de la deuda externa y para sostener la importación de combustibles.

La escasez del dólar se acentuó durante el primer trimestre de este año. Esto motivó al Gobierno a coordinar un paquete de 10 medidas para estabilizar esta situación con los empresarios privados, dejando atrás una relación áspera que mantenía con ellos.

Este plan de reactivación incluyó la liberación o flexibilización de las exportaciones. Además, se establecieron tasas fijas para las transferencias en moneda extranjera.

A la par, el Gobierno firmó un acuerdo de corresponsalía con el Banco de Industria y Comercio de China (ICBC) para facilitar el comercio internacional y mejorar los pagos transfronterizos, a fin de favorecer a las importaciones.

Antonio Rocha, presidente de la Cámara de Despachantes de Aduanas destacó que hasta el momento no se han presentado quejas respecto a esta modalidad de pago, sostuvo que los procesos de transferencia de divisas al exterior están operando sin contratiempos.

Según sus palabras, “no ha habido mayores reclamos”, lo que sugiere que la transacción con yuanes está funcionando de manera efectiva.

Uno de los aspectos más relevantes de esta medida es la reducción de la demanda de dólares en un 30%, lo que contribuyó a estabilizar el mercado cambiario. Además, resaltó que esta medida ha generado un alivio considerable para los importadores, especialmente en un contexto donde el acceso a dólares ha sido limitado.

No obstante Rocha, admitió que el uso de la moneda china no soluciona completamente el problema estructural de la escasez de dólares en Bolivia. Para ello, sostuvo que es necesario implementar políticas adecuadas de manejo del tipo de cambio y monetaria, así como la importancia de generar más recursos para enfrentar el déficit de divisas.

“Hay muchos gastos que no se pueden hacer en yuanes. Por ejemplo, si yo compro de China, tengo que embarcar (el producto) pagar en dólares los seguros, los puertos; es decir, todos los movimientos de carga. En promedio el costo de la cadena de suministros, de todo lo que son servicios asociados a la importación, equivale a entre un 20% y 25% del valor de la compra. Y eso hay que pagarlo en dólares. Entonces, no resuelve todo el problema”, explicó.

En esa línea, el empresario sostuvo que el acuerdo entre el Banco Unión y el ICBC hizo que otros bancos en Bolivia estén explorando la posibilidad de establecer acuerdos similares con bancos chinos, lo que ampliaría las opciones de transacción para los importadores bolivianos.

“Eso sería muy útil, porque entonces se abre el abanico de posibilidades para que se pueda transar con otras monedas distintas al dólar en los pagos a los proveedores de sus clientes”, sostuvo Rocha.

Agregó que actualmente, el dólar paralelo en Bolivia está entre los 8,30 y Bs 8,40.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, las importaciones de Bolivia abarcan diversas regiones económicas, destacando especialmente las provenientes de Asia, donde la contribución de China es preponderante.

“Entre 2016 y 2022, el valor promedio de las importaciones desde China se situó en alrededor de los $us 2.000 millones. Se proyecta que el año 2023 finalice con un valor cercano a esta cifra”, señaló este ministerio.

EL DEBER consultó a esta cartera de Estado el alcance de este acuerdo. Desde este despacho indicaron que el beneficio llega a las empresas estatales, así como las empresas privadas, que están “habilitadas de acceder a servicios de Comercio Exterior para efectuar pagos en yuanes, tanto en operaciones de importación o exportación”.

“Es importante resaltar que Bolivia mantiene una relación comercial estrecha con China, el 12% del flujo comercial de Bolivia se realiza con el país asiático, además el Gobierno Nacional ha suscrito acuerdos para que este país sea socio en la explotación de litio”, indicaron.

Esta medida proporciona, según el Ministerio, una serie de ventajas significativas, que permite a las empresas acceder a servicios que facilitan el comercio entre ambos países.

“Al usar yuanes, las empresas estatales y privadas pueden aprovechar las ventajas de las transacciones en una moneda más estable y establecer relaciones comerciales más sólidas con los proveedores chinos. Además, al reducir la dependencia del dólar estadounidense, las empresas pueden mitigar los riesgos asociados con las fluctuaciones cambiarias u otros y optimizar sus operaciones financieras.

“Esta medida fomenta un entorno comercial más diversificado y seguro para las empresas estatales y privadas que participan en el comercio internacional con China”, se afirmó desde esta cartera de Estado.

El cónsul de China, Wang Jialei, señaló que su país ha ampliado su cooperación financiera con varios países de la región, incluyendo Argentina, Brasil, Panamá, Perú y Chile. Esta expansión, según el diplomático, demuestra el compromiso de China en fortalecer sus lazos comerciales y financieros en América Latina.

El diplomático hizo notar que China se posiciona como el principal socio comercial de Bolivia, con un comercio bilateral que supera los $us 3.600 millones en el último año.

El especialista en finanzas, Jaime Dunn, explicó que existen diferencias entre el yuan digital y el físico, y que es fundamental entender que no se trata simplemente de recibir la misma moneda que se puede usar en Bolivia.

Destacó que China ha impuesto controles estrictos sobre el yuan en el comercio internacional, lo que puede afectar la disponibilidad y flexibilidad de la moneda.

Aseguró que el uso del yuan no reemplazará al dólar fácilmente, debido a la confianza y estabilidad que este último ofrece como moneda de referencia “respaldada por una democracia sólida”.

“Por otro lado, el yuan está sujeto a la intervención gubernamental y a posibles fluctuaciones abruptas en su valor”, dijo.

El especialista sostuvo que es necesario evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos de utilizar el yuan en sus transacciones comerciales, considerando factores como el precio, la temporalidad y la disponibilidad.

Dunn agregó que el Gobierno chino, a través del Banco Popular de China, ejerce un control total sobre cada movimiento del yuan en el mundo, lo que genera incertidumbre sobre la privacidad y la autonomía en las transacciones.

El economista German Molina, señaló que la corresponsabilidad entre el Banco Unión y el banco chino se plantea como una medida para facilitar las transacciones comerciales entre Bolivia y China, puede no ser la más adecuada, ya que el yuan chino no es una moneda de uso común lo que podría generar complicaciones en la economía local.

Molina precisó que, al realizar transacciones en yuanes, los importadores pueden enfrentar dificultades para cubrir los costos de transporte y logística, que generalmente se realizan en dólares.

A pesar de las limitaciones, Molina resaltó que la corresponsabilidad bancaria puede beneficiar al Gobierno boliviano, especialmente en proyectos de infraestructura financiados por este país.

“Puede facilitar el intercambio de moneda y reducir la dependencia del dólar en ciertos sectores”, sostuvo el especialista.

Habrá que esperar cual será el resultado final de esta medida, lo concreto es que el mandarín está en el menú del comercio internacional boliviano que prueba, tanto hamburguesas como dumplings.



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