20 de marzo de 2024, 17:10 PM
20 de marzo de 2024, 17:10 PM
Jakelyn Ortiz Pimentel es una médica con especialidad en Cardiología, nacida en la ciudad de Montero, Bolivia. Ha forjado un camino de valentía y perseverancia en busca de su pasión por la medicina. Impulsada por mejores oportunidades y superación profesional, hace 13 años cruzó fronteras hasta la vibrante ciudad de São Paulo, Brasil. Allí enfrentó desafíos lingüísticos y culturales al principio de sus estudios, pero su voluntad de hierro la impulsó a dominar el idioma. Hoy, trabaja incansablemente tanto en el ámbito privado como público, en el plantel médico del Instituto Cardiológico Dante Pazzanese, siendo uno de los grandes hospitales en el mundo.
Señala que en el hospital Dante Pazzanese cuentan con nuevos métodos especializados, como las cirugías cardíacas robóticas, y en su área como cardióloga, desde las subespecialidades en métodos gráficos y ecocardiografías realiza exámenes de imagen que permiten hacer diagnósticos precisos y pronósticos de enfermedades, brindando esperanza y la posibilidad de un tratamiento preventivo.
Sin duda, desde lejos de su terruño, su camino no ha estado exento de obstáculos. Durante la pandemia, enfrentó una pérdida dolorosa: la de su padre. A pesar de estar lejos de su familia, siguió entregando su aporte a los cuidados profesionales con amor y dedicación. Desde sus inicios como auxiliar de enfermería hasta su formación médica en Bolivia y sus posteriores estudios como especialista en São Paulo, ha demostrado que la determinación puede superar cualquier adversidad. Su hija, Valentina Chávez Ortiz, de 10 años, es su mayor fortaleza y la razón por la que sigue luchando por cumplir sus sueños.
Como médica, siendo una inmigrante boliviana, comprende profundamente la dificultad de estar lejos de la familia, especialmente en los momentos que enfrentamos problemas de salud.
Apoya pacientes bolivianos
Por su dedicación profesional, ha dejado una huella imborrable en los corazones de quienes la conocen. En su camino ha atendido a pacientes bolivianos necesitados de apoyo, brindando toda su colaboración y esa cálida esperanza de cura, desde su especialidad en cardiología.
Conoció a una familia boliviana que luchaba contra el destino. Un niño de 11 años llegó al mundo con problemas cardiacos. La madre cruzó fronteras y llegó a São Paulo, donde la esperanza brillaba como un faro. Allí, la doctora Jakelyn se convirtió en su ángel guardián como intermediaria. El pequeño fue operado con éxito, y su corazón, una vez frágil, latió con renovada fuerza. La madre, agradecida, encontró refugio en el hogar de la especialista boliviana, quien la motivó a no perder la fe, y seguir adelante a pesar de las adversidades.