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22 de marzo de 2024, 4:00 AM

22 de marzo de 2024, 4:00 AM

Bolivia recuerda 145 años de la defensa del mar con relaciones diplomáticas frías con Chile y con un letargo en la mirada a los puertos que cuatro países ofrecen para salir por el Atlántico. Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil facilitan concesiones portuarias y zonas francas para un acceso al mar que permita a Bolivia exportar e importar, pero aún no hay grandes resultados. El comercio exterior del país sigue dependiendo de los puertos privados del norte de Chile y del sur de Perú.

Chile no es el único camino para que Bolivia pueda tener acceso al mar. Y más aún cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en octubre de 2018, falló que Chile no tiene ninguna obligación de negociar su soberanía marítima con Bolivia. A partir de esa fecha, La Moneda cerró el tema marítimo y en La Paz todavía se sigue insistiendo, aunque tibiamente.

“Eso es exactamente lo que el país debe hacer en una estrategia muy bien analizada, muy bien pensada, para que podamos lograr el objetivo que todos los bolivianos queremos, está en nuestra propia Constitución Política del Estado, es irrenunciable el derecho de la salida soberana al mar, y eso es exactamente lo que todos los gobiernos, hasta que no se lo logre, tenemos que hacerlo”, dijo el presidente Luis Arce el martes.

El Gobierno adelantó los actos por el Día del Mar debido a que el 23 de marzo se realizará en el país el Censo de Población y Vivienda 2024. Ayer, Arce y su comitiva gubernamental iniciaron los actos oficiales con el traslado de los restos de Eduardo Abaroa desde la Basílica de San Francisco hasta la plaza Abaroa, en La Paz.

Con Chile la relación actualmente se mantiene por las relaciones comerciales y del trabajo conjunto para detener delitos transnacionales. A nivel diplomático la relación es mínima o casi nula. El gobierno de Gabriel Boric, al igual que sus antecesores, negó que vaya a negociar una salida soberana al mar a favor de Bolivia. El candado sigue cerrado.

Eso pasa en el lado del Pacífico, donde Bolivia utiliza los puertos privados de Arica, Iquique y Antofagasta, en el norte chileno, y de Matarani, en el sur peruano. Y con menos intensidad se está aprovechando el puerto de Ilo, también en Perú, donde existen facilidades a favor de Bolivia.

En el Atlántico la situación es fría. Bolivia tiene actualmente concesiones portuarias y zonas francas en la hidrovía Paraguay–Paraná, en la zona del puerto Rosario, en Argentina; en el puerto de Villeta, cedido por el Paraguay; además de los puertos de Montevideo y Nueva Palmira, otorgados por Uruguay, país con el que también se firmó un memorándum conjunto para la construcción de una infraestructura portuaria en su puerto de Aguas Profundas.

Con Brasil, con el que el proceso de concesión termina con la aprobación en su Congreso, Bolivia accede a un depósito franco en el puerto de Paranaguá, lo que también acerca los lazos con los países del Mercosur.

Para la exportación de hierro de El Mutún, estos puertos se constituyen en un potencial para que las grandes cargas puedan salir por la hidrovía, requiriendo tan solo de lugares específicos de almacenaje, que pueden ser los depósitos francos de Paranaguá.

Por ejemplo, en el caso del puerto de Villeta, en 1994, en el gobierno de Jaime Paz Zamora, Paraguay dio en concesión a Bolivia, mediante ley N° 659, 6.430 metros cuadrados de terreno para instalar una zona franca y un área de almacenamiento de carga en tránsito. 

El expresidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex) Ramiro Monje, durante su gestión, decía que luego de haberse consolidado la concesión territorial los gobiernos de turno no pudieron instalar una infraestructura portuaria para facilitar las exportaciones nacionales.

“No usamos el puerto porque no hay nada allá. Esta zona es vital para la exportación e importación de productos, tomando en cuenta que es una salida hacia el Atlántico”, explicaba el empresario.

En el lugar concedido a Bolivia existe muy poco movimiento de carga, el calado es de 3,5 metros y no hay ninguna obra para instalar un muelle. Sin embargo, en la zona hay una oficina de la Administradora Boliviana de Servicios Portuarios (ASP-B).

El río Paraguay nace en Brasil y pasa por las poblaciones de Puerto Quijarro y Puerto Busch, de Bolivia. Cruza todo Paraguay hasta desembocar en el río Paraná, en Argentina. Desde Villeta hasta aguas del Atlántico existen aproximadamente 1.000 kilómetros de distancia.

A través de diferentes tratados, Argentina, Brasil y Uruguay le concedieron facilidades a Bolivia para la salida de sus productos por sus costas. Se trata de opciones de instalación de zonas libres de impuestos para los productos de ese país e incluso facilidades en diferentes puertos. Incluso en el gobierno de Evo Morales se reconoció que no se ha aprovechado de manera óptima estas concesiones obtenidas a lo largo de las últimas décadas.



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