2 de abril de 2024, 11:55 AM
2 de abril de 2024, 11:55 AM
El caso de ‘Vinchita’ sacó a relucir una problemática que parece normalizada desde hace mucho tiempo, por encima de los cambios en la legislación.
Como ‘Vinchita’, hay muchas personas drogodependientes, otras que no consumen sustancias psicotrópicas, pero que están en situación de calle, y que ya son parte del paisaje urbano, en unos distritos con más intensidad que en otros.
Desde los actores del aparato público, existe explicación para esta realidad, que por un lado tiene que ver con vacíos en la normativa, y por otro con incumplimiento de la misma.
Giovanni Cuéllar Varanis, jefe de la Guardia Municipal, explicó que desde su dirección hacen trabajos diarios en operativos, pero que lamentablemente, en el caso de los adultos, solo los retienen por ocho horas y después vuelven a las calles.
«El problema es profundo, tiene que haber un juez que ordene para que ellos vayan con una orden judicial a un centro y sean obligados a rehabilitarse, mientras no tengamos eso es difícil. Ahorita, como Gobierno Municipal y Policía Boliviana, nos falta la parte judicial, que la Fiscalía entre un poco más y que podamos tener unas leyes que obliguen a esta gente a que por lo menos permanezca unos seis meses recluida. El Órgano Judicial tendría que ser más rígido», opinó desde su experiencia el jefe de la Guardia Municipal.
Adicionalmente, indicó que cada vez que realizan operativos, aparecen las personas defensoras de derechos humanos que se interponen en estos trabajos. «Por lo general no son instituciones del Estado, son ONG, iglesias evangélicas, etc.2, indicó.
Según Cuéllar, tanto con la Policía como con la Defensoría de la Niñez tienen buena coordinación, pero el mayor problema es que luego estas personas son liberadas y retornan a las calles.
Cuéllar informó que desde noviembre de 2022 hacen operativos, y que hubo una pausa, pero que desde hace 45 días estos rastrillajes se hacen a diario.
«Vamos a todo lo que abarcan los distritos 1, 4, y parte del 5, esto es empezando de la Santos Dumont y cuarto anillo, yendo para el tercero y quinto anillo; son las zonas críticas, y de ahí avanzamos y terminamos en la avenida San Silvestre de la Banzer, orilleando el Cordón Ecológico. Luego vamos subiendo hacia donde nos pidan, pero sí o sí hay una camioneta permanente en el Cordón», aseguró.
El jefe de la Guardia Municipal admitió que su problema mayor son los mayores de 18 años, especialmente hombres, «no hay dónde llevarlos», dijo. Cuando son menores, los trasladan a casas de acogida o se busca a los padres.
«Al 99% de los jóvenes o menores, arriba de 12 años y por debajo de 18, los padres los recogen. Los que se quedan en un centro normalmente son los de 7 a 8 años, que se pillan en la vía pública, pero solo son 1 o 2% sobre el total», detalló.
En cuanto a las zonas «más rojas o críticas», dijo que están el DM-1, que abarca desde la Radial 17 y medio hasta el Canal Isuto. «Ahí está la gente que no mide consecuencias y que acuchilla hasta por un chicle, tenemos en esa zona del Cordón un 10% de extranjeros, por lo general venezolanos, personas entre 23 y 30 años, la mayoría varones», agregó.
Cuéllar Varanis admitió que no cuentan con un censo para tener información más precisa de las personas en situación de calle y/o con problemas de drogodependencia. Dijo que con estos operativos rutinarios han sacado sus propios datos internos.
«Lo que tenemos es un promedio que sale de cada vez que hacemos batidas, encontramos alrededor de 45 a 60 personas en situación de calle, el 95% son drogodependientes. Se los retiene unas ocho horas y los que voluntariamente quieren, se los lleva a algún centro, pero después por lo general vuelven a la calle. Es poco, la mayoría no quiere que la internen», recalcó.
De la gente de los canales de drenaje y del Cordón Ecológico, aseguró que un 55 a 60% tiene familia, es decir que tienen una casa, pero «están en la calle porque quieren, por el vicio», afirmó.
Desde la Gobernación aseguraron que un programa que contempla a niños en situación de calle, pero no con la denominación de drogodependientes, y que el tema de los adultos lo asume la oficina de seguridad ciudadana.
Seguridad Ciudadana informó a EL DEBER que aproximadamente en un mes se hará un censo para personas en situación de calle, en coordinación con otras instituciones.
«Ahorita estamos en la elaboración de preguntas, se han hecho pruebas piloto, pero no se ha contabilizado todavía la cantidad de personas en situación de calle, es algo que recién se hará, y según eso se van a tomar nuevas acciones. Ese trabajo se hará para saber cuántos hay de adultos, mujeres, menores, qué problemas atraviesan», informaron.
Para Paola Weber, ex secretaria de Seguridad Ciudadana de la Gobernación, el problema es que las normas, o están desactualizadas, o no se cumplen, y los tres niveles no están cumpliendo lo que establece la normativa.
«Hay acciones, pero no hay recursos y ni el dinero ni los bienes incautados se destinan a la rehabilitación de las personas drogodependientes, tampoco hay estadísticas actualizadas en el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana», indicó.
Agregó que los tres niveles, municipal, departamental y nacional, deberían estar trabajando para la desintoxicación. «No existen centros ni para hombres ni mujeres que sirvan para desintoxicación», lamentó.
William Farell, abogado experto en estos temas, explicó que la ley 913, de Sustancias Controladas, que suplió a la 1008, establece mecanismos para cada instancia (municipal, departamental y nacional), y abordó la necesidad, más que todo, de los centros de rehabilitación, pero observó que en Santa Cruz no existe un centro de rehabilitación público, ya que todos incluyen costos, «no hay uno en que el Estado asuma el gasto de estas personas en situación de riesgo», recalcó.
En materia departamental, Farell valoró que trabajaron la Ley departamental 302, de julio de 20023, de prevención de salud mental, ya que la mayoría de las personas en situación de calle tienen problemas mentales, ya sea por dependencia de las drogas, etc. Sin embargo, confesó que ese trabajo recién está iniciando.
Dijo que ya el año pasado se hizo un censo en el centro de la ciudad con fundaciones para saber cuántas personas hay en situación de calle, cuáles eran dependientes de droga, de alcohol, o también hay las que no tenían dependencia de sustancias psicotrópicas, pero que presentaban problemas mentales.
«En base a eso íbamos a ver los centros departamentales de salud mental, porque tampoco hay centros públicos de salud mental, solo el de Sucre, y acá solo hay el Benito Menni, que es de la Iglesia, y el Blanca Añez de Lozada, que es privado», dijo en consonancia con los demás, pero los resultados de ese censo no se dieron a conocer hasta la fecha.
Información desactualizada
Farell cuestionó que antes, con la Ley 264 de seguridad ciudadana, los municipios y gobernaciones tenían mayor competencia para establecer los observatorios y generar datos propios, facultad que fue coartada con la Ley de sustancias controladas.
«Quitó las competencias de los observatorios de seguridad ciudadana, centralizándolos en La Paz. Hemos pedido actualización de los índices de criminalidad porque no se puede trabajar sin indicadores reales y actualizados. Antes los municipios y gobernaciones hacían sus propios observatorios, ahora los hace la Policía. Nosotros necesitamos los mapas de color, por zonas de delitos, pero no nos pasan, y lo requerimos porque la Gobernación trabaja por provincias», agregó.
Giovanni Cuéllar resaltó que la Alcaldía tiene 12 patrullas destinadas a los 15 distritos, como parte del programa Patrulla vecinal, pero dijo que ponen más fuerza es en los distritos 1, 4, 5, 10, 12, 11 y 3, donde tienen más índices de problemas con gente de calle.
«En los DM 7,6 y 10 tenemos más conflictos con gente en estado de ebriedad, no en situación de calle, sino gente que tiene casa, pero que se pone a beber. En el centro de la ciudad tenemos problemas con el DM11, con grupitos de tres a cuatro personas, sobre todo en la zona de las calles Abaroa, Bolívar, Sucre, más hacia el lado de la plaza del Cementerio General», informó.
Ya la zona de la plaza principal, bajando hacia la Cañoto, observó las iglesias, donde se acomoda la gente que duerme en la vía pública, «gente de calle que ya tiene problemas de alcoholismo, y que por lo general tiene problemas mentales», agregó.
En la noche, dijo que el énfasis lo ponen en la parte del cordón Ecológico.