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4 de abril de 2024, 15:22 PM

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Nació el 4 de abril de 1994. Podría ser una cábala, el 04 del 04 del 94. Lo cierto es que el Banco Ganadero ha ido creciendo a lo largo de sus 30 años de vida. En este momento está entre los cinco primeros bancos en el ránking Camel, según parámetros de solvencia, liquidez y rentabilidad. 

Su nacimiento fue marcado por la oportunidad de que empresarios cruceños de la ganadería inviertan, primero en un fondo y después en un banco. Así nació, como muchas de las iniciativas que surgieron en Santa Cruz, detectando las oportunidades y tomándolas como posibilidades para desarrollar.

Así llega hoy a su aniversario, con buenas etiquetas en el rubro: un banco innovador, generador de empleo y con inversiones importantes en una nueva infraestructura que estrenará en septiembre en pleno corazón de Santa Cruz de la Sierra.

El presidente del directorio, Fernando Monasterio, dialogó con EL DEBER de la trayectoria, de los sueños y de las metas cumplidas en estas tres décadas.

Habló de la esperanza que impulsa las inversiones, de los planes futuros y también de la prudencia necesaria para consolidar un sistema financiero confiable en Bolivia.

En tiempos de turbulencia y de incertidumbre, este empresario reflexiona acerca de que las tormentas pasan y los buenos tiempos también, pero asegura que son más los buenos que los malos momentos para la realidad económica del país.

Fernando Monasterio, presidente del directorio del Banco Ganadero. Foto. Fuad Landívar
Fernando Monasterio, presidente del directorio del Banco Ganadero. Foto. Fuad Landívar

¿Cómo ha nacido el banco y cómo describe esta trayectoria que seguramente a usted le parece como si fuera ayer?

No, la verdad es que a mí no me parece como si fuera ayer porque han pasado tantas cosas interesantes, que, como todo en la vida, el tiempo y las experiencias nos permiten madurar.

El Banco Ganadero nace el año 1989 al 93. Gobernaba en aquel entonces el presidente Paz Zamora. Empezó a rondar en la mente de nuestros gobernantes la privatización de las empresas porque, como ha sido en la historia de la mayoría de los países, las empresas estatales son deficitarias. En Santa Cruz, hubo empresas importantes que fueron transferidas a empresas del rubro, como en el caso de Guabirá a los cañeros. En el caso nuestro, había un Fondo Ganadero en Cordecruz, que se había creado para financiar de manera especializada a los ganaderos. Pero ahí andaba, entre el centavo y el peso, no surgía adelante. Entonces, en el marco de esa promoción, es transferida a un grupo de ganaderos que, en aquel momento, estaban en la Federación de Ganaderos y que deciden invertir porque lo vieron interesante. Decidieron invertir y, de esa manera, también llenar un espacio en todo lo que hace el financiamiento para nuestro sector ya de manera privada. Y fue así que comienza el Fondo Ganadero privado.

Paralelamente, el mismo gobierno del licenciado Paz Zamora dice, bueno, tenemos que hacer del crédito una herramienta de progreso de los bolivianos y para ello necesitamos tener más instituciones financieras que las que tenemos ahora. Y se promueve la creación de bancos y otras instituciones financieras. Ya había pasado un año o un año y medio del Fondo Ganadero y, por la masa crítica requerida en cualquier tipo de negocio, rápidamente se puede identificar que no era rentable si es que no incursionaba en otro sector de la economía. Entonces, se toma la decisión de convertirse en banco múltiple, para operar en todos los sectores económicos.

Fue una apuesta arriesgada para la familia Monasterio.

No éramos familia todavía. Era un grupo de unos 20 ganaderos que estaban aumentando capital cada vez, pero evidentemente cuando el tema empieza a ponerse un poquito más complicado en términos de incremento de capital, por la exigencia necesaria para convertirse en banco, ya algunos accionistas empiezan a perder participación y es así que el grupo familiar Monasterio se hace de la mayoría del Banco Ganadero. El Banco Ganadero inicia sus trámites el año 1991 y tres años después, el 4 de abril, se autoriza para operar y abrir sus puertas al público, de la mano del licenciado Ramiro Cabezas, a quien recuerdo con mucho respeto, como superintendente de bancos de aquella época.

Fernando Monasterio, presidente del directorio del Banco Ganadero. Foto. Fuad Landívar
Fernando Monasterio, presidente del directorio del Banco Ganadero. Foto. Fuad Landívar

¿Cuál es la impronta con que nace?

Cuando se convierte en banco nos dan la oportunidad de cambiar de nombre, pero se tuvo la idea de mantener el nombre. Bolivia tiene un concepto de la ganadería que es muy interesante y que puede ser muy bien capitalizado por el banco. Se ve como una actividad noble, muy solvente. Se mantuvo el nombre y esa es la característica que durante mucho tiempo estuvo en la mente del mercado financiero. Pero después de unos 15 años, la gente aprendió que no era solo para ganaderos, sino que es conocido como un banco que opera en todos los sectores.

Y a la hora de proyectar los negocios, ¿el sector ganadero sigue siendo prioritario?

No, no, ya es amplio el banco; el sector agropecuario forma parte quizás de un 25% solamente de los activos productivos del banco. Bolivia tiene multiactividad y el banco está operando a todo nivel, ahora en los nueve departamentos.

¿Cómo se logra que sea reconocido como uno de los más innovadores del sistema?

El año 2019, el Banco Ganadero empieza un proyecto de reingeniería importante buscando alcanzar niveles internacionales con respecto a su operación. Cuando llegó la pandemia, el banco estaba muy cercano a lanzar una serie de plataformas de aplicaciones que iban a revolucionar el sistema. (En 2020) el mundo entero tuvo que acelerarse y nosotros como que teníamos una ventaja.

A los 90 días que comenzó la pandemia, el banco lanzó toda su plataforma. Nadie podía salir, pero se puso un servicio que permitía abrir cuentas desde su casa, abrir cuentas corrientes sin ir a ningún lado, entonces eso era algo revolucionario para los ojos del consumidor. Fue una feliz coincidencia que el banco haya empezado este proyecto de transformación un año antes. Y es un proyecto que se ha convertido en una cultura.

En un mundo de disrupción constante, ¿Cuáles son los hitos que ve hacia adelante el Banco Ganadero?

Se habla mucho de nuevas ofertas y de cómo ser banca en el mundo. Por ejemplo, en 2019 había una fiebre de las Fintech, inclusive se llegó a pensar que iban a reemplazar a los sistemas financieros del mundo, pero los bancos reaccionaron de manera muy rápida y pudieron copar esta oferta de servicio. Eso es una cultura mundial que no ha cambiado y los sistemas financieros bancarios están siempre alertas y están evolucionando. El Banco Ganadero está en una constante transformación tratando de estar siempre a la vanguardia en lo que el mundo pueda ofrecer a los consumidores financieros; cada vez aumentan las herramientas.

 ¿Cómo ve usted al banco en los próximos años?

La actividad de bancos es bien compleja. Vivimos en un mundo con riesgos. Y, dentro de la fiebre de transformaciones y vanguardismo, uno tiene que ser muy prudente. Así como la tecnología avanza para bien, también avanza para mal. Al ser esta una actividad regulada, estamos apegados a las normas. El regulador boliviano es bastante moderno y muy reconocido internacionalmente. Creemos y nos apegamos al trabajo que realiza el regulador boliviano y de otros países, porque cumplen la función de guardar el sistema financiero. Es en esa relación que uno va encontrando esa prudencia de la que hablo.

Yo veo un Banco Ganadero siempre transformándose e intentando ofrecer el mejor servicio con la mejor tecnología, pero con una prudencia muy apegada a las normas y a los riesgos que presente el país, porque los países a veces tienen buenos vientos, pero a veces hay turbulencias.

En estos 30 años pasaron muchas cosas en el país, el Banco Ganadero ha crecido. ¿Cómo logra esa confianza en el usuario?

Todos los bancos del sistema están bastante sólidos. El sistema financiero tiene bancos especializados y por eso hay los que tienen más o menos rentabilidad, pero todos guardando sus índices de solvencia y solidez bastante claros y bastante firmes.

La cartera de créditos está concentrada mayoritariamente en Santa Cruz y el Banco Ganadero ha operado, principalmente en su primer año, en Santa Cruz y posteriormente ha ido creciendo muy de a poco en los otros departamentos, porque hay que ir con pies de plomo. Las agencias tienen que ser rentables, tener clientes, mercado, el número adecuado de funcionarios. Entonces, ha sido característica del Banco Ganadero ir con pies de plomo. Me parece que esa podría definirse como una de las políticas para que el banco se encuentre dentro de los cánones e índices que requiere la ley y que requieren las buenas prácticas bancarias.

 En 30 años creció también como generador de fuentes de empleo.

El Banco Ganadero nace con 34 funcionarios y hoy día somos 1.236. Me llena de orgullo saber que se dedican alma, vida y corazón al banco, porque ellos son los que producen y hacen que todo lo que usted ve como promesa, se haga realidad.

¿Están a punto de estrenar un edificio en el centro cruceño?

Va a ser la oficina principal del Banco Ganadero en Bolivia y, como un satélite de la misma construcción, que va a ser la agencia, digamos la parte de la sucursal Santa Cruz. Ahí vamos a alojar prácticamente al 70% de los funcionarios de todo el banco, que ahora están por todo Santa Cruz. Dios mediante, en septiembre. Hemos tratado de preservar el estilo clásico y, sobre todo, que hemos dedicado un espacio también para que sea público, para que la gente pueda sentarse, pueda ir y disfrutar.

Cuando se ve inversión, una se imagina que detrás de eso hay esperanza.

Para invertir, uno tiene que tener optimismo y esperanza y es evidente lo que usted dice.

¿Y en qué basa su esperanza?

Le voy a contar así rápidamente. Iba a un congreso e iba deprimido con las noticias en el país. No recuerdo cuándo. Me topé con un personaje que me recomendó un libro: Abundance, que significa Abundancia. En resumen, dice que evidentemente en el mundo ha habido muy malos episodios, pero demuestra cómo, al final, su curva de progreso ha sido exponencial en cuanto al bienestar de las personas. Me gustó mucho el libro y lo he tomado como una forma de vida, de ver que las malas son siempre pasajeras y las buenas también, pero lo que dice el libro es que más son las buenas que las malas.

¿El banco consideró incursionar en otros negocios?

Por ley y para garantizar buenas prácticas, se dispuso que se constituyan sociedades controladoras y a estas pertenecen los bancos. Quiere decir que una empresa es dueña del banco, es como una empresa madre de otros negocios adicionales. Esa sociedad controladora es también regulada por el Estado, pero da libertad para hacer otro tipo de negocios afines. Con eso nosotros conformamos dos empresas más, tenemos una agencia de valores que se llama Gana Valores y tenemos una empresa de administración de fondos de inversión que se llama Gana Safi. La sociedad controladora se llama Ganadero SA.

¿Pensaron en invertir fuera del país?

Tenemos aquí todavía mucho por hacer y creemos que no es oportuno distraer recursos del Banco en otros países. Creemos que el sistema, la economía boliviana, todavía nos presenta oportunidades. Fíjese usted que los bancos no dejamos de crecer, venimos creciendo poco, 5% al año, que es un crecimiento prudente, pero creciendo.



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