8 de abril de 2024, 4:00 AM
8 de abril de 2024, 4:00 AM
Silencio y terror. Pocos se animan a hablar y quienes lo hacen, incluso autoridades del lugar, esquivan detalles. No es para menos. En los primeros tres meses de 2024, según datos de la Policía, 17 personas han sido ejecutadas por cuenta con el narcotráfico y eso quiere decir que al menos un ciudadano murió a tiros cada semana en el municipio cruceño de San Matías.
Es más, las muertes son cada vez más violentas y dejan mensajes de parte de organizaciones criminales como el brasileño Primer Comando de la Capital (PCC), cuyos emisarios se han hecho más visibles y eso preocupa a la Policía, según pudo constatar EL DEBER tras varias consultas en esa entidad.
Por ejemplo, el reciente asesinato de dos jóvenes, de 20 y 23 años de edad, se dio luego de que ambos fueran secuestrados y torturados. Poco antes, ellos habían compartido con sus asesinos —El ‘Gordiño’ y otros dos conocidos emisarios del PCC en San Matías— un churrasco y bebidas alcohólicas. Esa fue una señal para los “amigos”, comentó un policía. Además, según reveló luego el comandante de la Policía cruceña, Erick Holguín, el crimen llevaba el sello de un ajuste de cuentas por un alijo de 79 kilos de cocaína que no había sido entregado al destinatario.
Así, el 2024 despertó más violento. Si la tendencia de violencia se mantiene, el próximo trimestre puede superar el indicador de 2023, cuando 25 personas fueron ejecutadas, pero en todo ese año.
Exmilitares, pero también desde la misma policía ven “ausencia del Estado”. Por ejemplo, los uniformados piden mayor dotación de equipos y armamento para operar en esa región que tiene una frontera de más de 300 kilómetros totalmente desguarnecidos con el estado brasileño de Mato Grosso.
En junio de 2018, el cuartel de la Unidad de Patrullaje Rural (Umopar) de San Matías fue incendiado y sus vehículos vandalizados. Detrás del ataque se ve el influjo del PCC y el Comando Vermelho, que se disputan una ruta para el trasiego internacional de estupefacientes, precisamente por la zona que es geográficamente estratégica. Para constatarlo, basta ver el mapa de esa región del país.
Hasta la fecha, esas instalaciones policiales no se han repuesto. Pero, un año antes, en 2017, el gobernador cruceño y el ministro de Gobierno de entonces, Rubén Costas y Carlos Romero, entregaron la Estación Policial Integral (EPI) de San Matías. Las instalaciones tienen ambientes para Policía, Tránsito, Diprove, Felcc, Ministerio Público, Migración y otras dependencias. Esta infraestructura no ayudó a bajar la violencia que golpea a esa región.
El 21 de marzo del presente año, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, junto con jefes policiales de diversas reparticiones, aterrizaron en Chimoré, el bastión de Evo Morales, para entregar armamento, avionetas, un hércules y equipamiento a fuerzas tácticas con el objetivo de fortalecer la lucha antidroga y el crimen organizado.
Este equipamiento bélico aún no han llegado a San Matías, comentaron uniformados de zona.
Wilfredo Peinado, asambleísta por la provincia Ángel Sandoval que tiene a San Matías como capital, dijo que tras los últimos hechos violentos se vio un intenso operativo policial en busca de los sicarios, aunque reconoció que luego de algunos días, el contingente retornó a Santa Cruz y el poblado quedó bajo custodia de unos 50 agentes en las instalaciones que se inauguraron en 2017.
En la gran línea de frontera con Brasil existen varias comunidades como Ascensión y San Vicente, además de Las Petas, que forman parte del área rural del municipio matieño. Allí también se han reportado casos de violencia.
“Tenemos una línea de frontera alta. En Las Petas solo hay puestos militares, pero lo miran de palco y no es lo mismo. En Ascensión de la Frontera tampoco hay, no hay presencia policial”, señaló Peinado en un contacto con EL DEBER.
Manifestó que las mismas autoridades municipales de Las Petas y Ascensión de la Frontera han solicitado el envío de uniformados para garantizar presencia del Estado, pero la respuesta nunca llegó desde la cartera de Gobierno.
Uno de los motivos por la falta de policías en esa zona es el antecedente del asesinato de tres uniformados en abril de 2008, cuando unos ciudadanos brasileños indocumentados fueron interceptados para un control migratorio.
Informó que presentará un proyecto de ley para la instalación de cámaras de seguridad para, al menos, tener vigilada las zonas céntricas y puestos fronterizos. “Debemos tener un convenio entre el municipio, Gobierno y Gobernación para contar con estos dispositivos. ¿Quién protege al ciudadano? Después estaremos como Colombia, controlado por mafias”, se lamentó el legislador.
El 2 de abril, el Servicio General de Identificación Personal (Segip) inauguró una oficina en el municipio de San Matías, acto que contó con la presencia del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo.
Alpacino Mojica, director del Segip en Santa Cruz, informó que la decisión de habilitar una oficina en ese municipio se produjo pensando en los más necesitados que requieren de una cédula de identidad, por el gasto que implica viajar hasta Santa Cruz de la Sierra. Además, señaló que esta apertura también se da para controlar a los extranjeros mediante biometría y evitar doble nacionalización.
“Serán 70 personas que se beneficiarán por día con la cédula de identidad en San Matías. Nos ayudará bastante para mostrar la transparencia y esclarecer muchos casos como en la múltiple identidad y la suplantación”, indicó.
Mojica comentó que, a partir de esa habilitación, se desplazarán operativos en conjunto con Migración y la Policía por las zonas fronterizas y localidades próximas al Brasil para realizar el debido control de la legalidad y estadía de ciudadanos brasileños.
Para el director del Centro Latinoamericano de Investigación Científica (Celin), Franklin Alcaraz, los narcotraficantes han aprovechado la distancia y la falta de comunicación que tiene San Matías con el comando departamental para delinquir, convirtiéndose ahora en un lugar de contrabando de droga y otros ilícitos.
“Siempre dije que San Matías es una pequeña ciudad Juárez (haciendo alusión a la ciudad mexicana fronteriza con Estados Unidos, donde el narcotráfico asentó sus raíces). Lo mismo pasa acá, los narcotraficantes aprovecharon muchas ventajas”, indicó.
Además, hay el temor que esa región cruceña se convierta en un centro logístico para las bandas del crimen organizado.