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21 de abril de 2024, 10:23 AM

21 de abril de 2024, 10:23 AM

En medio de las negociaciones por el incremento salarial de este año, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, advirtió que este tipo de beneficios generan una carga adicional de 40% en los costos de producción de los empleadores.

Este año, la Central Obrera Boliviana (COB), en su pliego petitorio nacional demandó un incremento de 8% al Salario Mínimo Nacional y de un 7% al haber básico. Actualmente, según dirigentes del ente matriz, las negociaciones con el Gobierno entraron en la recta final.

Esta situación ha sido criticada por el sector empresarial que demanda ser parte de la negoción porque ellos se verán directamente afectados y terminarán pagando los salarios.

En este contexto, Rodríguez cuestiona las demandas presentadas por la COB, señalando que las prerrogativas planteadas podrían ser desproporcionadas. La ausencia de un segundo aguinaldo en 2023 y las proyecciones de crecimiento económico moderado para este año son para la preocupación, aseguró.

El economista destaca el impacto potencial en la inversión y el empleo que podría resultar de un aumento salarial excesivo, advirtiendo sobre el encarecimiento de los productos nacionales y el riesgo de favorecer el contrabando. Rodríguez hizo notar la discrepancia entre los incrementos propuestos y la tasa de inflación del año anterior.

En esa línea, explicó que el incremento salarial obligatorio solo se aplica a las empresas formales que pagan impuestos, mientras que la informalidad que llega entre el 80% y 85% no pagan altos tributos ni tienen rígidas obligaciones sociales, lo hallan injusto y alzan su voz de reclamo.

Una preocupación fundamental expresada por Rodríguez es el efecto en cascada que podría tener el aumento salarial, generando una carga adicional para los empleadores y afectando la viabilidad de muchas empresas.

“Está la preocupación del efecto “en cascada” que produce el aumento salarial, pudiendo llegar a significar una carga superior al 40% para el empleador, sin que suba en igual proporción la productividad del trabajador o las ventas para generar los recursos adicionales necesarios, al subir también las obligaciones sociales como son los aportes patronales para salud, aguinaldo, jubilación, bono de antigüedad, pago de feriados y dominicales, primas, entre otros”, dijo.

Desde la perspectiva del IBCE, el diálogo tripartito entre gobierno, empleadores y trabajadores, promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es crucial para encontrar soluciones equitativas y sostenibles. Rodríguez plantea una flexibilización de la legislación laboral para adaptarse a las diversas realidades del mercado laboral.

La Cámara Nacional de Industrias (CNI), en un documento dirigido a EL DEBER, afirmó que el incremento salarial impulsará la recesión económica y promoverá la inflación, el contrabando, la pérdida de inversión y empleos. Al mismo tiempo, subrayó que la escasez de divisas, de hidrocarburos y los bloqueos e inundaciones encarecen los costos de producción nacional.

La entidad empresarial profundizó que el salario mínimo creció 436% en los últimos 18 años, de Bs 440 en 2005 a 2.362 en 2023, mientras que la tasa de variación del Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo del 6,11% en 2021 al 2,31% en 2023. “En los últimos 13 años el alza salarial creció tres veces más que la inflación y un ajuste salarial generará inflación y pérdida de la capacidad adquisitiva del salario e impulsará la pobreza y el contrabando”, indicó la CNI.



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