24 de mayo de 2024, 10:36 AM
24 de mayo de 2024, 10:36 AM
Mara Wilson saltó a la fama en la década de los 90 con su interpretación en la película “Matilda”, basada en la novela de Roald Dahl y dirigida por Danny DeVito. Desde muy joven, su talento actoral la llevó a trabajar en grandes producciones de Hollywood, junto a estrellas de la talla de Robin Williams en “Papá por siempre”.
“Matilda” se convirtió en un hito en la carrera de Wilson y la catapultó a la primera línea de la industria cinematográfica. Sin embargo, detrás de las cámaras, la actriz enfrentaba dificultades personales, entre ellas la enfermedad de su madre, quien falleció poco antes del estreno de la película.
Estos acontecimientos dejaron una huella profunda en la joven actriz, que no solo lidiaba con la presión de la fama, sino también con un duelo importante.
El fallecimiento de su madre, sumado a la presión constante y la sexualización que sufrió desde muy joven, contribuyó a que Wilson experimentara ataques severos de ansiedad y fuera diagnosticada con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
Estos problemas de salud mental hicieron que la actriz se sintiera cada vez más incómoda en un entorno que exigía una imagen perfecta constantemente. A medida que crecía, las transformaciones naturales de su cuerpo y su apariencia no encajaban con los estrictos estándares de belleza de Hollywood.
Esto afectó profundamente su autoestima, llevándola a desarrollar dismorfia corporal y a sentir que su valor estaba atado exclusivamente a su aspecto físico. Estas experiencias negativas, combinadas con la falta de oportunidades laborales adecuadas, la llevaron a decidir que lo mejor era alejarse de los primeros planos.