28 de mayo de 2024, 18:00 PM
28 de mayo de 2024, 18:00 PM
No había cumplido los 17 años cuando estuvo a punto de perder la vida en un accidente de tránsito. Las probabilidades de recuperarse eran de solo un 20% contra un 80% de que esto no suceda. Pasó un año y medio, y cuando logró reponerse no dudó en inmortalizar la lucha por la vida con un tatuaje.
En un costado lleva plasmado un código binario con la palabra homp, esperanza en español, que le recuerda que esto es lo único que no hay que perder, pese a las curvas que se presentan en la vida.
Fue la primera vez que Leandro Niño de Guzmán pasó por las manos de un artista para grabar con tinta momentos que marcaron y marcan su existencia. Presentador en un programa de animé y videojuegos, Leandro tiene más de 35 tatuajes, especialmente de animé, de distintos personajes y tamaños desplegados en todo el cuerpo.
¿Por qué animé?, es la pregunta que salta de inmediato. “Desde muy chico, algo que me ayudó mucho con la ansiedad y los problemas fueron los videojuegos. No como una adicción ni exceso, sino como autosuperación, atravesar las adversidades y salir adelante. El 90% de mis tatuajes tiene esa inclinación, de avanzar para ser una mejor persona, ayudar a los demás y hacer de este mundo un lugar mejor”, dice este joven que confía sus tatuajes en Andrea Pinto, una de las artistas de Charly Rock Tattoo.
Para algunos resulta atractivo, pero para otros es un sello imborrable del cuerpo y del alma. Hay historias detrás de las agujas y las tintas que dan forma a ese recuerdo que marcan para toda la vida.
Yerko Vega (24) tiene al menos una decena de tatuajes en su cuerpo, pero él también es un artista que los hace y vive experiencias inolvidables con sus clientes, porque sus manos ponen el sello de algún momento memorable. Trabaja en Tattoomania.
Recuerda muy bien a una clienta que se tatuó un Saturno, porque le recordaba una canción que dice que allí están los hijos que nunca hemos tenido o que hemos perdido, porque ella vivió una pérdida. “Quiero tenerlo presente en todo momento”, contó que le dijo la mujer.
Yerko señala que, desde muy pequeño destacaba en el dibujo en el colegio, pero las técnicas para el tatuaje las fue adquiriendo poco a poco. El primero lo hizo y también se hizo cuando tenía 17 años. “Conocí el tatuaje por un docente que tuve, que me dijo que su hermano realizaba convenciones de tatuajes y cuando acudí dije: ‘Aquí pertenezco’, porque todo era arte y me involucré más”, recordó.
Señala que los que más demandan tatuajes son personas entre los 22 y 30 años, aunque también hay adultos mayores que optan por ponerse frases simbólicas o de algún familiar fallecido.
Cuenta que lo conmovió otra clienta que se tatuó una frase escrita por su abuela. «Recuerdo que decía: te quiero mucho y un corazoncito, eso era muy significativo para ella, por eso se la puso en el antebrazo», contó.
Andrea Pinto luce en su brazo un tatuaje que le recuerda el amor de su familia por los animales y la naturaleza. Nutricionista de profesión, lleva tres años dedicada a su gran pasión: el arte de los tatuajes. Dice que hay diseños en tendencia y también fechas importantes que la gente espera para tatuarse.
Por ejemplo, este 27 de mayo, una madre, su hija y su hijo se tatuaron todos un sol, una luna y una estrella. Otras, madre e hija, se tatuaron manos unidas por un hilo rojo que simboliza el vínculo.
Por lo general muchos se colocan nombres de sus familiares, aunque también hay personas que optan por algo extravagante, por algún motivo.
“Las personas le dan su significado a cada tatuaje, porque no todos tienen significados. Lo que ahorita están en tendencia son los lineales, ya sea nombres o figuras que salgan de una sola línea formando rostros. La mayoría de la gente se tatúa los brazos y otras se hacen piezas grandes”, indica Yerko.
Cuando llegan clientes que piden tatuajes grandes, estos se hacen por sesiones. “Por ejemplo, una manga completa me demandó cuatro sesiones de unas diez horas cada una, es un trabajo con mucho detalle”, dice al indicar que la bioseguridad es muy importante, porque todo lo que usan debe estar bien esterilizado.
“Es un trabajo muy delicado, porque se puede transmitir algún tipo de enfermedad, por eso hay que cuidar todos los elementos. Nosotros también tenemos cuidado y nos protegemos, usamos materiales adecuados”, complementó.
Los
que deciden borrarTambién hay quienes deciden cubrir tatuajes antiguos con otros nuevos y esto es más complicado para los tatuadores, porque hay que pigmentar bien. Lo que más borran son nombres de exparejas.
“La persona que decida hacerse un tatuaje, tiene que estar bien segura. Es muy importante pensar muy bien antes y saber qué es lo que quiere”, aconseja Yerko.
Hay personas que deciden borrarlos con láser, pero son sesiones caras y dolorosas, por eso se tiene que tomar una buena decisión.