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5 de junio de 2024, 19:00 PM

5 de junio de 2024, 19:00 PM

“Hoy el almuerzo será guisito de menudos sin tomate ni ensalada. Comer carne ya es un lujo”, dice Amelia Ruiz que se ha visto obligada cocinar a llena, porque el gas no está llegando regularmente a su barrio y, cuando las tiendas son abastecidas, su presupuesto no le alcanza porque la garrafa llega costar hasta Bs 50.

Amelia y su hermana Selvira también decidieron unir ingredientes y cocinar en una olla común para alivianar gastos y garantizar la comida para sus dos familias. Son vecinas y, con los productos caros, se las ingenian para que no falte el alimento para las diez personas que llegan a la hora del almuerzo, entre ellas, seis niños.

Foto: Fuad Landívar
La familia de Amelia y Seilvira comparten los alimentos. Foto: Fuad Landívar

El alza en los precios de los productos básicos golpea a las familias, especialmente a las de escasos recursos que empezaron a reducir compras, a racionar y compartir alimentos, y a suplir la carne de res por menudos. Ante la falta de gas, también recurren a la cocina a leña y a las hervidoras eléctricas.

“Nosotros hemos dejado de comer bife, eso ya es un lujo y hasta a leña estamos cocinando desde hace una semana. Hemos unido ollas, no nos queda más”, dice Amparo Ruiz al comentar que esa es la forma con la que intentan paliar la situación.

Ella hace una olla común con su nuera Nikanel Saucedo y sus nietos. También se unieron sus otras hijas. “Siempre vemos qué tiene cada uno para juntar y hacer una sola comida”, señala. 

Foto: Fuad Landívar
La familia de Amparo Ruíz también se da modos para tener la comida. Foto: Fuad Landívar

De la olla común comen 16 personas, porque se reunieron cuatro familias y preparan un kilo y medio de arroz para que alcance para todos. Compran menudos como hígado, pero también buscan hueso de Bs 13 o Bs 15, porque son los que tienen más carne y les permite preparar el almuerzo. Aseguran que los menudos también aumentaron de precio.

Señalan que en sus compras contemplan menudo de pollo, como patas, pescuezo y cadera, que le sirve para preparar diferentes platos. Algunas ocasiones varían con huevo o con algo de recorte de carne que consiguen hasta Bs 5 el kilo para hacer majadito o fideo. Para la cena optan por preparar frito que en vez de queso le pican un poco de cebolla frita. “El queso cuesta más de Bs 30, pero así pasa”, indica Amparo.

“Hay días que les digo a mis hijas: hoy van a comer arroz con huevito. Ellas saltan de contentas porque les gusta, pero honestamente me gustaría darles algo más, como carne y ensalada”, comenta Dileidy Arroyo, otra madre de familia que lamenta cómo los precios de los productos suben a un ritmo sostenido, pero los salarios no.

Dileidy se dio un tiempo para visitar a sus vecinas y la charla giró en torno al encarecimiento de los productos y en cómo hacen para paliar esta crisis. No saben muchos sobre inflación, pero la sienten en sus bolsillos. “Tomate ya no compramos y el huevo lo compramos suelto, a Bs 1 la unidad.  Todo está por las nubes”, lamenta Dileidy.

Foto: Fuad Landívar
Foto: Fuad Landívar

Las mujeres comentan que el arroz subió hasta Bs 7 el kilogramo y el kilo de queso a Bs 33, por lo que muchas veces hacen frito sin queso para el té. Para darle sabor, le agregan plátano maduro picado o cebolla.

 Antes también esperaban las promociones de los supermercados para comprar más barato, pero ahora eso se ha suspendido. “Ya no hay días rojos. Era bien porque te daban tres panes por Bs 1”, manifiesta otra mujer.

Nataly Ruiz, estudiante de perito en banca, tiene a su cargo a sus tres hermanos y también hace lo que puede para estirar su presupuesto. Su mamá se vio obligada a trasladarse hasta el campo para encontrar trabajo y ella, por más que buscó en distintos lugares, solo encontró ofertas con sueldos de entre Bs 1.200 y Bs 1.800 por más de ocho horas laborales. “Los sueldos están bajos y con ese horario no puedo trabajar debido a mis estudios”, comenta. 

Las sopas, entre las opciones

La familia de Víctor Pedraza y Melvy Osinaga hizo cálculos y decidió comprar cinco sopas para el almuerzo, es decir, una para cada miembro del hogar. Señala que a veces quieren comer algo de segundo y compran dos almuerzos completos, a Bs 12 cada uno, que comparten entre todos y completan con otros dos platos de sopa.

Cuando deciden comer algo en casa, Melvy se va al mercado a comprar hueso y prepara un fideo u otro plato que se pueda cocinar con este ingrediente.

 “Tampoco hay micro, porque el combustible está escaseando, creo que no están pasando por sus rutas y uno no tiene para transportarse en taxi”, reclama Víctor.

Melvy señala que otra cosa que les afecta es el gas que ha subido y no pueden cocinar. “También está prohibido enfermarse, porque ahorita estamos bregando con mi papá, que tiene seguro, pero se tiene que comprar todos los remedios y cubrir los estudios que piden”, reclama.

Para la cena también solo optan por comer pan con te. “Ya no se le puede poner nada, no hay plata para comprar queso o algo más. Antes alcanzaba para hacer masaco, frito o empanada, pero ahora el aceite, el queso y la harina han subido. Tenemos que ver la forma de hacer alcanzar el presupuesto», dice Melvy.

Olga Osinaga también compra sopa, porque de esa manera su presupuesto alcanza para todo el mes.

Rosa Arias Ortiz, en agosto cumplirá sus 76 años, se ayuda con la renta que reciben ella y su esposo, pero también la apoyan sus hijos. Ella vive en la comunidad Buen Retiro, de Porongo, por lo que asegura que no gasta en té o café, porque prepara agua de palta o cedrón.

“También compramos huevo o pollo para comer, pero hacemos que alcance la renta y también mis hijos me ayudan”, recalca.



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