9 de junio de 2024, 16:45 PM
9 de junio de 2024, 16:45 PM
Luego de una maratónica audiencia cautelar de más de cinco horas, el juez anticorrupción contra violencia Wilson Espada ordenó la detención preventiva por seis meses en la cárcel de Palmasola del propietario y administrador de un restaurante imputado por violación a mesera de 18 años.
J. L. C. D. fue imputado por el delito de violación por la fiscal asignada Fanny Alfaro.
Las investigaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) y la Fiscalía señalan que el hecho se registró en un restaurante de la avenida San Martín, zona de Equipetrol, que hace poco tiempo se inauguró.
Ahí ingresó a trabajar la víctima luego de haber llegado del campo y necesitada de una fuente laboral para ganarse la vida. Desarrollaba funciones como mesera, cajera y realizaba doble turno.
Según su testimonio, hace dos días, el local estaba por cerrar, cuando el administrador le invita una copa de bebida. “Tomé solo la primera copa y me desvanecí, no supe más. Al otro día desperté con fuertes dolores, ya no aguantaba, llamé a mi amiga, me llevó a un hospital y los médicos me dijeron que era una violación grave”, dijo la adolescente.
Además, la noche cuando J. L. C. D. le invitó una copa, le dijo si tenía otras amigas bonitas como ella.
Antes de emitir su fallo, el juez Wilson Espada, dio la palabra al imputado para su defensa material.
El hombre dijo que la adolescente era su pareja, que no es el monstruo que se lo pinta y que exageraron solo por ser el propietario del local. Dijo que además no tiene dinero y que tampoco tiene casa y alquila. Sin embargo, durante las investigaciones, el hombre no demostró ser el dueño del restaurante.
Al final el juez Espada ordenó la detención por seis meses en la cárcel de Palmasola.
La abogada Jéssica Echeverría, responsable de la Red Ciudadana Contra el Infanticidio y el Abuso Sexual Infantil, asumió la defensa de la víctima.
Aseguró que se hizo justicia y destacó la acción del juez Espada y de la fiscal Alfaro. La adolescente víctima, a través de su abogada, conmovió y agradeció al juez, a la fiscal y a su abogada por considerar que sufre un martirio y no tiene familiares quien vele por ella. En el restaurante no ganaba ni Bs 2.000.